Cuando
nos hacen tener que escuchar conceptos bien conocidos, el de República, con un
adjetivo calificativo al lado, bolivariana, recomiendo siempre empezar a
sospechar de la auténtica naturaleza del concepto que se nos está dictando. Es
cierto que en Venezuela y en gran parte de América Latina existe una veneración
grande hacia El Libertador Bolívar, pero de ahí a la interesada sacralización
que de él hizo Hugo Chávez hay un trecho grande. Chávez fue haciendo una
leyenda mítica sagrada de Bolívar para el imaginario popular que lo considera
perfecto y de ahí se pasa de la honra personal al hombre a la fe en el dios. Y,
aquí está el engaño, porque la fe en el
dios justifica todo. Y otra particularidad peligrosa para los venezolanos:
se atribuyen a Bolívar doctrinas revolucionarias comunistas que no tuvo nunca,
ni pudo tener pues aunque fue unos pocos años contemporáneo de Marx el
Manifiesto comunista se publica en 1858, 28 años después de la muerte de
Bolívar. Aún así, dicen que Marx hablaba de él como “falso, desertor, conspirador, mentiroso,
cobarde, y saqueador” (Beddow y Thibodeaux) La Venezuela chavista y los países que
secundan su régimen, Ecuador y Bolivia, propugnan la sinrazón de que el
bolivarianismo ha dado cauce al socialismo
del siglo XXI en que pretenden mantenerse estos estados.
La
democracia es la democracia. No necesita de adjetivos calificativos. Cuando el
régimen franquista, en sus últimos años se autoproclamaba como “democracia orgánica” el órgano sólo
producía la desnaturalización del concepto democracia. República democrática popular de Corea (Corea del Norte) que ni es
república, ni es democrática ni es popular ¿Es Venezuela una república
democrática?
Pues
bien, en Venezuela el chavismo obtuvo la patente de corso de Bolívar para
cambiar el régimen, identificar a Chaves y su cuadrilla como “el Estado” y anular la economía libre
sustituyéndola por una economía estatal que se la reparte “el Estado”. ¡Cómo si no, María Gabriela Chávez, la hija favorita
del Dictador, iba a tener tras la muerte de su padre una fortuna de 4.000
millones de dólares repartidos en cuentas entre Estados Unidos y Andorra. La
información es del Diario de Las Américas. Se conocen datos también de
políticos latinoamericanos afines como Cristina Fernández en Argentina o Fidel
Castro en Cuba, pero el peronismo argentino o el castrismo cubano tienen muchos
años de desarrollo. Con todos estos datos parece evidente que en cada país
populista los dirigentes se lo reparten, pero en Venezuela con mayor avidez y
prontitud, como si tal hubiera sido el objetivo primero de la Revolución
Bolivariana ¿Se puede dejar peor a Simón Bolívar? Además de la economía que va
surgiendo el Estado reparte también entre “el
Estado” mamandurrias significativas, a saber: el padre de Chávez fue
designado Gobernador del estado de Barinas, del que son oriundos, y fue
sucedido por su hijo Adán, el hermano mayor de Hugo Chávez. También Adán fue
Embajador en Cuba y Ministro de Educación de la Presidencia ¿Ayuda este
nepotismo a la eficacia del Estado?
Todo
esto se mantiene a base del engaño del
“populismo” que elabora una serie de mantras que la población va
conociendo, repitiendo una y otra vez y haciendo suyos: la preocupación por los más desfavorecidos, son los
protagonistas de la Revolución; se legisla de acuerdo con los deseos del pueblo ¿quién es el pueblo de Venezuela sino la
población total de la nación? un término vacío porque no se le puede
identificar para poder comunicarse con él, pero es lo que hace llamarse a estos
regímenes populares y populistas; hay que extinguir
el capitalismo y apartar a los
capitalistas; apartar a los
emprendedores ¿quién si no ellos son capaces de generar riqueza?; acabar
para siempre con la corrupción y
acaban con la corrupción que se vivía para enfangarse ellos mismos en una
corrupción mayor y exclusiva para el régimen, el único beneficiario posible; odio y descalificación del Imperio, como
llaman a los Estados Unidos. Y muchos
más.
De
esta manera se llega a un momento como éste en que los supermercados están
desabastecidos, con los anaqueles vacíos, se ha sufrido en 2015 una tasa de
inflación del 200 % y se espera otra del 700 % para este año; esto rebaja el
poder de compra de una manera brutal, merma las posibilidades de abastecimiento
de materias primas para la industria con la consiguiente reducción de la
producción. La economía venezolana ha tenido una contracción del 10 % en 2015 y
se espera una nueva contracción del 8 % para este 2016. En fin, dice el
director del FMI para Latinoamérica: la economía de Venezuela está a punto de
una implosión; lo decisivo no es que
pague o no pague su deuda (aunque eso afecte de manera grave a los tenedores de
su deuda), la verdadera cuestión es cómo
arreglar la economía de Venezuela. Lo que necesita el país es hacer un ajuste
del sector público, teniendo en cuenta el enorme
descenso de sus ingresos, e intentar restablecer una economía de mercado.
Pero ¿es eso posible con los mantras que elaboraron, que
repiten a diario a través de sus medios de propaganda -Telesur, sobre todo-. Me
temo que no es posible y lo siento por esa querida tierra cuyas gentes sufren
tanto por causa de la escasez, de la falta de libertad, de la represión y de la
desnaturalización de su patria.
Doliéndome
ese sufrimiento de los venezolanos, a mí me duele España, como a Miguel de
Unamuno y en ese dolor siento el daño que nos hace PODEMOS y el mayor que está
dispuesto a hacernos en la medida que incremente su poder. Han demostrado ya
que lo primero que quieren es el poder: sillones antes que programas.
Han
sido formados en Venezuela, cobran de Venezuela y viven de Venezuela. Eso
significa que han contribuido a hacer los mantras, que los repiten aquí, en
España y para España y que de ese modo el único camino es el estrangulamiento
de la economía y la destrucción de la nación y la llegada a una República Coletariana
en la que el nombre de España no se escuche, el mercado no exista, los
emprendedores hayan tenido que emigrar, los anaqueles de productos de primera
necesidad estén vacíos y los españoles suframos a diario con estos resultados
pero –aún más- con las malas formas, el mal estilo, la falta de ética, el mal
gusto de ese Politburó execrable criado en los albañales de Venezuela por un
chavismo que hizo la Revolución para quedarse con ella.
E.L./01.02.2016
Excelente reflexión.
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