jueves, 8 de diciembre de 2016

Venezuela y Podemos. La República bolivariana de Venezuela ¿hacia una República coletariana de España?





Cuando nos hacen tener que escuchar conceptos bien conocidos, el de República, con un adjetivo calificativo al lado, bolivariana, recomiendo siempre empezar a sospechar de la auténtica naturaleza del concepto que se nos está dictando. Es cierto que en Venezuela y en gran parte de América Latina existe una veneración grande hacia El Libertador Bolívar, pero de ahí a la interesada sacralización que de él hizo Hugo Chávez hay un trecho grande. Chávez fue haciendo una leyenda mítica sagrada de Bolívar para el imaginario popular que lo considera perfecto y de ahí se pasa de la honra personal al hombre a la fe en el dios. Y, aquí está el engaño, porque la fe en el dios justifica todo. Y otra particularidad peligrosa para los venezolanos: se atribuyen a Bolívar doctrinas revolucionarias comunistas que no tuvo nunca, ni pudo tener pues aunque fue unos pocos años contemporáneo de Marx el Manifiesto comunista se publica en 1858, 28 años después de la muerte de Bolívar. Aún así, dicen que Marx hablaba de él como “falso, desertor, conspirador, mentiroso, cobarde, y saqueador” (Beddow y Thibodeaux) La Venezuela chavista y los países que secundan su régimen, Ecuador y Bolivia, propugnan la sinrazón de que el bolivarianismo ha dado cauce al socialismo del siglo XXI en que pretenden mantenerse estos estados.

La democracia es la democracia. No necesita de adjetivos calificativos. Cuando el régimen franquista, en sus últimos años se autoproclamaba como “democracia orgánica” el órgano sólo producía la desnaturalización del concepto democracia. República democrática popular de Corea (Corea del Norte) que ni es república, ni es democrática ni es popular ¿Es Venezuela una república democrática?






Pues bien, en Venezuela el chavismo obtuvo la patente de corso de Bolívar para cambiar el régimen, identificar a Chaves y su cuadrilla como “el Estado” y anular la economía libre sustituyéndola por una economía estatal que se la reparte “el Estado”. ¡Cómo si no, María Gabriela Chávez, la hija favorita del Dictador, iba a tener tras la muerte de su padre una fortuna de 4.000 millones de dólares repartidos en cuentas entre Estados Unidos y Andorra. La información es del Diario de Las Américas. Se conocen datos también de políticos latinoamericanos afines como Cristina Fernández en Argentina o Fidel Castro en Cuba, pero el peronismo argentino o el castrismo cubano tienen muchos años de desarrollo. Con todos estos datos parece evidente que en cada país populista los dirigentes se lo reparten, pero en Venezuela con mayor avidez y prontitud, como si tal hubiera sido el objetivo primero de la Revolución Bolivariana ¿Se puede dejar peor a Simón Bolívar? Además de la economía que va surgiendo el Estado reparte también entre “el Estado” mamandurrias significativas, a saber: el padre de Chávez fue designado Gobernador del estado de Barinas, del que son oriundos, y fue sucedido por su hijo Adán, el hermano mayor de Hugo Chávez. También Adán fue Embajador en Cuba y Ministro de Educación de la Presidencia ¿Ayuda este nepotismo a la eficacia del Estado?

Todo esto se mantiene a base del engaño del “populismo” que elabora una serie de mantras que la población va conociendo, repitiendo una y otra vez y haciendo suyos: la preocupación por los más desfavorecidos, son los protagonistas de la Revolución; se legisla de acuerdo con los deseos del pueblo ¿quién es el pueblo de Venezuela sino la población total de la nación? un término vacío porque no se le puede identificar para poder comunicarse con él, pero es lo que hace llamarse a estos regímenes populares y populistas; hay que extinguir el capitalismo y apartar a los capitalistas; apartar a los emprendedores ¿quién si no ellos son capaces de generar riqueza?; acabar para siempre con la corrupción y acaban con la corrupción que se vivía para enfangarse ellos mismos en una corrupción mayor y exclusiva para el régimen, el único beneficiario posible; odio y descalificación del Imperio, como llaman a los Estados Unidos. Y muchos más.

De esta manera se llega a un momento como éste en que los supermercados están desabastecidos, con los anaqueles vacíos, se ha sufrido en 2015 una tasa de inflación del 200 % y se espera otra del 700 % para este año; esto rebaja el poder de compra de una manera brutal, merma las posibilidades de abastecimiento de materias primas para la industria con la consiguiente reducción de la producción. La economía venezolana ha tenido una contracción del 10 % en 2015 y se espera una nueva contracción del 8 % para este 2016. En fin, dice el director del FMI para Latinoamérica: la economía de Venezuela está a punto de una implosión; lo decisivo no es que pague o no pague su deuda (aunque eso afecte de manera grave a los tenedores de su deuda), la verdadera cuestión es cómo arreglar la economía de Venezuela. Lo que necesita el país es hacer un ajuste del sector público, teniendo en cuenta el enorme descenso de sus ingresos, e intentar restablecer una economía de mercado.

Pero ¿es eso posible con los mantras que elaboraron, que repiten a diario a través de sus medios de propaganda -Telesur, sobre todo-. Me temo que no es posible y lo siento por esa querida tierra cuyas gentes sufren tanto por causa de la escasez, de la falta de libertad, de la represión y de la desnaturalización de su patria.

Doliéndome ese sufrimiento de los venezolanos, a mí me duele España, como a Miguel de Unamuno y en ese dolor siento el daño que nos hace PODEMOS y el mayor que está dispuesto a hacernos en la medida que incremente su poder. Han demostrado ya que lo primero que quieren es el poder: sillones antes que programas.

Han sido formados en Venezuela, cobran de Venezuela y viven de Venezuela. Eso significa que han contribuido a hacer los mantras, que los repiten aquí, en España y para España y que de ese modo el único camino es el estrangulamiento de la economía y la destrucción de la nación y la llegada a una República Coletariana en la que el nombre de España no se escuche, el mercado no exista, los emprendedores hayan tenido que emigrar, los anaqueles de productos de primera necesidad estén vacíos y los españoles suframos a diario con estos resultados pero –aún más- con las malas formas, el mal estilo, la falta de ética, el mal gusto de ese Politburó execrable criado en los albañales de Venezuela por un chavismo que hizo la Revolución para quedarse con ella.















E.L./01.02.2016

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