lunes, 29 de abril de 2019

Tras conocerse los resultados electorales de 28.04.2019


       

       
Noche electoral. En el balcón de Ferraz


             Lo primero que se me ocurre es felicitar a Sánchez, también a Albert Rivera, y desagraviar a Tezanos; no llego a saber bien si iba encaminado en la dirección correcta o si el camino que trazó ha servido al electorado para que llegara a las conclusiones conocidas.

         A partir de ahí, creo que los partidos de derecha han planteado estas elecciones, o contra sí mismos o con un análisis político equivocado de la situación española.

         Es difícil de entender que PP. C’s y VOX no hubieran decidido en su momento acudir en una coalición electoral si lo que pretendían de verdad (y no con la boca pequeña) era remover a Sánchez del Gobierno. Y, mucho más, sabiendo cómo se las gasta Pedro Sánchez, que viene aliándose con el diablo para mantenerse desde la moción de censura y más allá.

         El resultado ha sido el de un batacazo sin precedentes para el PP, sólo comparable al desmoronamiento de la UCD de muchos años atrás. Pero yo, que nunca me he dedicado a la política ni valgo para ella, me planteo lo siguiente: un partido que en los últimos años –hasta gobernando con mayoría absoluta- ha tenido a Rajoy sumido en siestas interminables sin afrontar los asuntos de España; que el mismo Rajoy renunció a dimitir para evitar la moción de censura que encumbró al Gobierno a Sánchez con los apoyos de indeseables conocidos (que ya no nombro por reiterados); un partido que ha estado sumido en la corrupción sistemática –la mayor tras la del PSOE con los ERES en Andalucía-; un partido que está estrenando Presidente y nuevos cuadros ¿es bueno que se presente en solitario a las elecciones o hubiera sido de más eficacia acudir a las elecciones en compañía de otras y con algo más de cobertura?

         Nótese que el número de escaños obtenido por la derecha (PP, Vox y C’s) ha sido 147 frente a 158 de la izquierda (PSOE y Unidas podemos). Sin embargo, en número de votos hay un empate que se inclina hacia la derecha: 11.169 miles de votos frente a 10.598 miles de votos. Así las cosas la diferencia en escaños hubiera sido diferente tras una coalición de la derecha o la no aplicación de la ley D'Hont, si tenemos en cuenta que cerca de 600.000 sufragios para VOX se han ido por el desagüe en más de 30 circunscripciones.

         Leía esta mañana a Pedo J. Ramírez que ve las causas del resultado electoral, tan malo para la derecha, en Rajoy por no dimitir a tiempo para evitar la moción de censura y en VOX, que ha provocado una dispersión del voto que ha terminado por apuntillar al PP.

         VOX y Podemos son dos partidos populistas, ambos nacidos al comienzo de 2014 para dar cauce al abatimiento de los seguidores de los dos grandes partidos nacionales infectados de corrupción hasta eltuétano. Surgieron en los dos extremos del espectro político y han dado el juego que han dado: VOX no se presentó a las elecciones de 2015 y 2016 más que de manera muy leve y sólo en Madrid, donde obtuvo 58.000 y 47.000 votos sucesivamente. Podemos, ya en 2015 y 2016 obtuvo 3.200.000 y ayer hasta 3.100.000. De su su techo de 42 diputados, UP ha bajado a 35. VOX ha conseguido 24 quebrando de forma grave sus expectativas, aunque partiendo de cero, con que sólo hubiera conseguido un escaño su mejoría hubiera sido infinita, matemáticamente hablando.

         La audacia de Sánchez ha conseguido hacer del PSOE el partido verdaderamente populista, refugio de los demás y eliminando las distorsiones producidas por las dos formaciones que nacieron con esa vocación populista. Y así ha hecho renacer al PSOE, un PSOE sin ideología con las reivindicaciones a la carta que la sociedad reclama. La sociedad, como es habitual, no está por los grandes valores sino por ver aseguradas las condiciones de vida que hoy tiene y poco más.

         ¡Ojalá! que esto sea posible con el nuevo gobierno que presida Pedro Sánchez.


















E.L./29.04.2019

viernes, 26 de abril de 2019

Jornada de reflexión

Urna electoral


           Con las elecciones generales que celebraremos mañana el mejor resultado que podamos obtener los españoles es el que al acabar la jornada los políticos –todos los políticos, comenzando por el Gobierno- escuchen un clamor vergonzante de reproche que les grite: ‘Ya está bien.’

           Ya está bien de que hace décadas se mercadee con separatistas y/o antiespañoles cediendo soberanía nacional a cambio de apoyos para gobernar. Se ha venido cediendo soberanía otorgando competencias autonómicas, indebidamente; cediendo a chantajes intolerables, con la puesta a disposición de recursos del Estado que no puede permitirse rehusar.

           Ya está bien de tolerar insultos, vejaciones a los españoles a sus instituciones, el ninguneo de la lengua española, de las fuerzas armadas y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, las agresiones a personas y bienes de quienes no comulgan con los enemigos de España, las agresiones a formaciones políticas que defienden la Constitución y el estado de derecho siendo conscientes que fuera de la ley sólo está la selva y su ley del más fuerte. Y no es que no existan leyes contra estos atropellos, es (y esto es muchísimo peor) que no se aplican o hasta se aplican de manera tramposa.

           Ya está bien de tolerar tanta delincuencia, organizada o no: ‘okupas’, violadores en manada, salteadores de ancianos y personas menos capacitadas, asalto a los bienes, atentados contra la naturaleza.

           Ya está bien de no imponer la fuerza del Estado, lo que viene suponiendo una abdicación ‘stricto senso’ de las funciones de gobierno.

           Ya está bien de corrupción en los que llegan a ostentar los poderes públicos. Tan grave, tan sistémica y tan notoria ha sido que propició la emergencia en la misma fecha de dos partidos populistas a cada lado del espectro político, para dar cauce a tanto desánimo entre la ciudadanía, pero que distorsionan de una manera sensible los extremos del espectro.

           Quien esté dispuesto a gobernar España ha de estar resuelto a vivir de forma austera, con renuncias, fortaleza, altura de miras y sacrificio a cambiar las tornas de una manera total, convencido él mismo de que ‘Ya está bien’ y que a él –y sólo a él, con las ayudas que tenga por conveniente- le corresponde dirigir el cambio radical. Sepamos, al ir a depositar nuestro voto, lo que nos dejó dicho Confucio en su sabiduría: “Quien se controla a sí mismo y por el bien, no tendrá dificultad alguna para gobernar con eficacia. Al que no sabe gobernarse a sí mismo, le resultará imposible ordenar la conducta de los demás hombres.” Todos sabemos de qué pie cojea cada uno de los candidatos, votemos de manera responsable.

           Buena jornada de reflexión.

           Buena jornada electoral, de la que obtengamos un clamoroso ‘Ya está bien’.











E.L./26.04.2019

viernes, 19 de abril de 2019

Notas sobre el documento de Ratzinger sobre abusos a menores por parte de eclesiásticos


         
Ratzinger, el papa emérito Benedicto XVI

             En primer lugar debo decir que he estado leyendo el documento con pena.

         Ignoro la motivación de Ratzinger al publicarlo y las presiones que haya podido padecer. A los 92 años se sufre más con ellas. En todo caso:


  •  parece sospechoso que antes de su publicación en la revista bávara a la que iba dirigido fuera filtrado a medios norteamericanos radicalmente antifrancisco
  •  y más sospechoso, aún, que al final del documento haga un agradecimiento al papa Francisco como el que hace, que consiste en una “excusatio non petita” a tenor del contexto en que se inscribe

         En cuanto al tema de fondo, la Iglesia debe siempre, por deseo del Señor, “estar en el mundo sin ser del mundo” (Jn. 17, 15-16) y en los momentos en que más cuesta, en las crisis, en las revoluciones sociales…tiene que reforzar sus cimientos y alzar los dinteles de sus puertas.


       Se refiere a que la crisis de la pederastia en sacerdotes y religiosos trae causa de los efectos malvados de la revolución del mayo 68 francés. Alguna leve alusión que hace al Concilio me parece mala y peligrosa para la fe.

         Dudo que haya que abandonar una ética informada por la Escritura y volver a la ley natural, donde se encontraba a gusto. Es más: cada vez estoy más convencido de que la ética metafísica es idéntica a la ética cristiana, salvo en una cuestión, la obligación del cristiano, no sólo de perdonar al enemigo sino de amarlo. Este punto tan vital –como otros- no lo recogeríamos si se nos ocurriera prescindir del Evangelio.

         En todo caso, no deja de ser un golpe bajo a Francisco que no aporta nada bueno al entendimiento eclesial.

         Y un último interrogante ¿por qué estuvo tan callado sobre el asunto durante siete años de pontificado?






E.L/17.04.19

sábado, 13 de abril de 2019

La catástrofe de la pederastia


         
El Papa reza al comenzar la cumbre sobre pederastia en febrero 2019
          
         Voy a meterme en este cenagal que supone el análisis de la pederastia, no porque me resulte agradable sino por todo lo contrario. Es de esos temas que no por desagradables hay que dejar de abordar cuando están en juego tantos valores de primer orden: el ser o no ser de la vida futura de unos menores, víctimas indefensas de los abusos marcados para siempre por sus victimarios; las relaciones de poder existentes entre las víctimas y los victimarios; el sacrosanto entorno de la familia como el escenario primario donde los abusos tienen lugar (sic); la conducta victimaria de los sacerdotes y religiosos de las iglesias -católica y no católica- como una especificidad de las relaciones de poder (en este caso religioso) que se apartan de una ética, no sólo metafísica, sino también evangélica, a las que les obliga su condición y cuyo ejercicio propiciaba un plus de confianza en las víctimas y en sus ambientes de relación. Otra cosa diferente es que se aproveche la oportunidad de propiciar zascas a la Iglesia y se trate de contemplar a la pederastia como si los únicos y exclusivos victimarios fueran los sacerdotes y religiosos católicos, casi como si la pederastia hubiera nacido en la historia de la humanidad por causa de los “malnacidos” clérigos.

     Las cifras de abusos estiman que la proporción de los individuos agredidos sexualmente antes de los dieciocho años es del 20 % de las mujeres y del 10 de los hombres. Las agresiones violentas, duraderas y humillantes provocan las secuelas más graves para el individuo.

         La mayoría de las víctimas, entre un 80% y un 90 % del total, se encuentran en el entorno familiar del agresor. Son más fáciles de ocultar y llaman menos la atención. La confianza del parentesco favorece la coacción para que la víctima no revele lo ocurrido.

         Las niñas, en la mayoría de los casos, conocen al agresor que en la generalidad de los casos es un pariente cercano. En el caso de los niños lo más frecuente es que su agresor sea desconocido.

         El 90 % de las denuncias se presentan contra hombres y el 10 % contra mujeres. Una niña de cada tres denuncia a su agresor, menos de un niño de cada diez hace lo mismo cuando, la agresión viene de una mujer.

         Todos éstos son datos facilitados por José Carlos Bermejo Higuera en su libro ‘Humanizar los rostros de la pederastia’ que sigue siendo –como él mismo dice- un reto vivo para comprender el fenómeno, para atender en el sufrimiento y para prevenir, que es la clave más olvidada y la más importante para reducir el impacto de esta calamidad.

         La cantidad de individuos con trastorno pedófilo que cometen actos de pederastia ha siso prácticamente una constante a lo largo de la historia de la humanidad. El fondo del problema que padece un pederasta es el de su inmadurez psicosexual; por lo demás nada obsta para que puedan ser inteligentes, cultos, estar integrados en la sociedad e incluso estar casados y tener hijos. Adolecen de un conflicto sexual no superado, seguramente a raíz de un trauma infantil no superado, oculto en la mayoría de los casos y del que no se es consciente en muchos casos. No es que toda víctima se convierta en victimario, sino que la mayor parte de los victimarios tienen historia de víctima en su pasado. Así lo expresa José Cabrera, psiquiatra forense.

         Existen pederastas de cualquier género, condición, estado civil, opción sexual. Ha sido un empeño de gran envergadura el sacar a la luz y catigar los casos de pederastia llevados a cabo por los sacerdotes y religiosos de la Iglesia Católica. Un empeño del Papa Francisco que ha proclamado y exigido la “tolerancia cero” para todos los casos y que ha demostrado él mismo con alguno de sus más próximos colaboradores (el Cardenal Pell se me viene a la cabeza en primer lugar) Todos estos casos han venido bien a quienes buscan siempre estar atizando a la Iglesia que se han podido recrear en la suerte de atizarla. Sin embargo, sepan todos que hay de todo entre los pederastas: homosexuales pederastas y pedófilos, pero resulta evidente que, así como ellos, dice Bermejo, también existen abogados, arquitectos, médicos, chóferes, periodistas, bailarinas, azafatas, amas de casa, artistas, músicos, hombres o mujeres de cualquier profesión, oficio o labor (incluso vagos) que siendo heterosexuales, bisexuales, homosexuales, o polisexuales, también lo son.

         La notoriedad mediática de una condición, la de sacerdotes u homosexuales, no determina la exclusividad.

         Existe un estudio de un prestigioso psicólogo forense alemán llamado Hans Kröber (ateo por más señas) en que deduce y afirma que ‘el celibato no causa la pedofilia’ puesto que el porcentaje de pederastia entre sacerdotes y religiosos, que establece según las estadísticas en un 0,04 %, es hasta menor que el que se da entre los heterosexuales de otras profesiones o al de la población global.

         No existe un perfil causal inequívoco del pedófilo, señala Bermejo. Hay quienes partiendo de análisis empíricos afirman la conexión entre factores culturales y sociales. Del otro lado, es importante saber que un niño sin nigún tipo de información sexual puede ser más fçácilmente víctima de los engaños y la seducción de un abusador sexual.

         Existe una responsabilidad colectiva grave para la prevención a través de una educación adecuada. En la familia, sí: una educación para una sana autoestima, para una relación saludable y un uso adecuado de la interdependencia y de los juegos de poder. Una educación sana también para no hacer de la propia experiencia de víctima una causa suficiente para convertirse en victimario. Eso nos llevaría a una cadena sin fin.

         Urge una educación sana en los procesos formativos de las personas que están llamadas a liderar comunidades religiosas, que deberán ser ejemplos de virtud y respeto sagrado de la dignidad de las personas y promotoras de una vida feliz.

         Igual que la prevención urgen formas de ayuda personalizadas para todos los afectados del proceso: las víctimas, sus familiares, pero también los victimarios y los suyos. En sus correspondientes grados y características todos sufren con la pederastia.

         Concretemos algo más el decisivo asunto de la prevención. Algunas pautas para proteger a los niños:

1.      Los niños deben saber y tenerlo asumido que sus padres están presentes siempre para apoyarlos, protegerlos y hasta participar en sus juegos. No necesitan valerse, para ello, de un extraño.
2.      Conviene fijar normas de uso de Internet (redes sociales) y estar al tanto de los chats, de los temas que tratan en ellos y con quiénes hablan. Si preciso fuera hay que vigilar por uno mismo la conducta del niño en la red.
3.      Hay pederastas (no pocos) que crean perfiles falsos en las redes sociales, por lo que hay que enseñar al niño a no compartir imágenes con desconocidos.
4.      Hay que aleccionar al niño sobre cómo debe actuar en caso de perderse en un lugar muy concurrido o cuando un desconocido se dirija a él. Se puede hacer en forma de juego y poniendo ejemplos de las diferentes situaciones que pueden plantearse. Conviene obtener eficacia empleando los medios más prácticos posibles.
5.      Es imprescindible que el niño tenga conciencia de que su cuerpo es suyo, entera y exclusivamente suyo, y que no puede permitir que otra persona lo toque.
6.      Ante la posibilidad de que el niño hubiera iniciado una conducta diferente a la habitual, conviene hablar con él para poder deducir qué está ocurriendo. Inquirir sobre el día y, quizás, sopesar preguntas por tocamientos, si sospecháramos de su posibilidad.
7.      Hay que confiar en la palabra del niño. Si acusan a un adulto de tocamientos o aseguran que “un mayor” no les cae bien, debemos ponernos en alerta por muy respetad y querida que sea esa persona.
8.      En todo caso hay que escuchar al niño, hay que ser un buen interlocutor suyo y dedicarle toda la atención posible. Si no lo hacemos nosotros, otra persona lo hará.

         Voy a hacer una última referencia a los abusos de poder religioso. Como se sabe los sacerdotes de la Iglesia Católica están sometidos a la obligación del celibato, con una excepción muy pequeña en los llamados ‘uniatas’ la Iglesia oriental fiel al Obispo de Roma. Pues bien, a propósito de los abusos por parte del clero católico he oído y leído a católicos, supongo que buenistas, manifestando lo bien que se arreglaría todo si los sacerdotes católicos se casaran y tuvieran su familia, como los pastores protestantes, y lo conmovedora que resultaba la imagen de ver acudir los domingos al oficio con su familia completa.

         Pues bien, ya dejamos dicho líneas arriba que los pederastas pueden ser de cualquier oficio y condición y también manifestamos cómo un psiquiatra forense alemán no atribuía al celibato mayor propensión al delito.

         Pues, habiendo dejado sentado todo esto, quiero que conste que dos periódicos de importante difusión en el estado de Texas (el Houston Chronicle y el San Antonio Express News) han denunciado desde comienzo de este año que desde 1998 más de 400 pastores, voluntarios y educadores de la Southern Baptist Convention (la iglesia protestante más grande de los Estados Unidos) abusaron de más de 700 personas, en su mayoría menores.

        No caigamos los católicos en buenismos en contra de nuestra propia fama.

      Pero sobre todo, sabiendo de la inmensa difusión del horror de la pederastia tengamos el coraje y el talento de prevenir, acompañar y rehabilitar con la mayor decisión.

         Nos va la vida en ello.





E.L./13.04.2019