jueves, 31 de enero de 2019

En defensa, una vez más, de Francisco, Obispo de Roma

Alfonso Ussía

Francisco, Obispo de Roma


      Tenía ya previsto volver a la defensa de este Papa, que recibe a diario fuego amigo, fuego enemigo en todas direcciones y con todas las intensidades. En lo que no entro, ni voy a entrar jamás, es en la bondad o maldad de las intenciones de los francotiradores.

      Sobre la mesa me urgían otros asuntos para pensar con prioridad a esta defensa del Papa, pero un artículo de Ussía en La Razón, ayer, me ha movido a redactar con urgencia estas líneas. A mi modo de ver, Ussía en su página diaria en La Razón, no crucifica al Obispo de Roma (eso dice el titular de Periodista Digital esta mañana) sino que lo tilda una y otra vez de imbécil de catálogo. Allá él si piensa que Francisco en su estupidez sólo piensa que en Venezuela hay nada más que un conflicto: 1) El Mundo, el 05.08.2017 apuntaba en titulares que “Ni el Vaticano puede callar ante el golpe chavista”, refiriéndose a la proclamación de la ilegítima asamblea constituyente; 2) en esa misma línea, El País de 04.08.2017 señalaba “El Vaticano pide al chavismo que suspenda la toma de posesión de la Constituyente” con un subtitular que decía: “La Santa Sede sostiene que la iniciativa fomenta la tensión e hipoteca el futuro de Venezuela”; 3) el 03.01.2017 el diario ABC  proclamaba el siguiente titular: “El Vaticano apoya la llamada de la Iglesia a rebelarse en Venezuela. La Santa Sede impulsa la lucha pacífica y democrática contra el Gobierno de Nicolás Maduro.” 4) Es remarcable cómo Francisco sustituye en la diócesis de Caracas al Cardenal Urosa con gran rapidez, al cumplir la edad reglamentaria y presentarle la preceptiva dimisión, por el también Cardenal Porras, reconocido antimadurista. 5) El diario argentino La Nación, en su edición de 06.12.2016 da cuenta de los ataques inmisericordes al Vaticano del régimen, en la persona del ala militar chavista –Diosdado Cabello-, en respuesta a una carta personal del Secretario de Estado, Pietro Parolin, en la que exigía a Maduro que cumpliera su palabra en las negociaciones con la Oposición, en que la Iglesia actuaba como mediadora. Todo esto (no quiero abrumar a nadie) me parece que demuestra fehacientemente que el Papa vive, apoya, piensa, sufre y decide sobre la tragedia venezolana como es. Que vive una tragedia y no un conflicto. Otra cosa es que en el desarrollo de los trágicos acontecimientos surjan hechos destacables, y la autoproclamación de Juan Guaidó como Presidente efectivo de la nación y el reconocimiento cuasi inmediato por muchos países, lo es, un hecho destacable de mucho peso que genera un serio conflicto en Venezuela, añadido a la ya trágica situación que se vive en aquella nación.


         ¿Se puede decir que confunde la tragedia de un pueblo con un conflicto político cuando su Secretario de Estado, Parolin, fue nuncio en Venezuela desde2009 hasta 2014? ¿Se puede insistir en tal dislate cuando el segundo de la Secretaría de Estado del Vaticano, nombrado en agosto pasado es venezolano, Monseñor Edgar Peña, nacido en Maracaibo ¿Pensará alguien que es casualidad?¿No parece más bien un volcarse en la tragedia de Venezuela con más medios? Nótese el asunto religioso en Venezuela es peculiar. El chavismo es un comunismo que se declara católico (sic) y que esa característica ha sido decisiva para el seguimiento de la ciudadanía a lo largo de estos veinte años.

         Hay falsedades palmarias en el artículo como la proclamación siguiente: “Sus obispos en Venezuela, Santidad, que sí están con el pueblo y no con los tiranos (sic), se sienten desamparados de los brazos y las palabras de Vuestra Santidad.” Me remito simplemente a la visita “ad limina” de los 40 0bispos de Venezuela en septiembre pasado y su consuelo de estar en comunión con el Santo Padre recibiendo su apoyo y su consejo, como siempre, en plena zozobra de la tragedia de su pueblo. Y así le mostraron su acatamiento en vísperas del viaje a Roma mediante un escrito de la CEV de 30 de de agosto de 2018. A las duras y a las maduras y ejerciendo su ministerio petrino, de confirmar a sus hermanos en la fe y salvaguardando la unidad de la Iglesia a él confiada.

 

         Hay también gracietas de Ussía, aderezadoras de su objetivo, como que Francisco sonríe a los “rojos” (Cristina Fernández de Kirchner) y a la monja Lucía Caram (sic) y deja de sonreir a “los azules” (Trump y Macri) Para decir, como dice, que el Vaticano no es ajeno al comunismo internacional debe probar su afirmación. Pero ya se sabe, “calumnia que algo queda”.

         Por supuesto se alude a Soros como “el baluarte y financiador de la corrupción sociopolítica.” Esto de Soros es un mantra recurrente de la derecha inmovilista (política, económica, religiosa, mediopensionista) que no acabo de entender y que –a mi juicio- cae en la trampa de aquellos “cui Soros prodest”: Podemos, secesionistas catalanes y demás familia.

         De la consideración final de que la Santa Sede es un estado, prefiero abstenerme de comentar ¿O es que alguien cree a estas alturas que cada papa es elegido, entre otras cosas, por su misión de estadista? Arreglada iría la Iglesia.

         Me ha dolido mucho la lectura del artículo y más con la buena valoración que tengo de Ussía. Un hombre claro, coherente, buen escritor, valiente y fiel a sí mismo. Él sabrá por qué ha echado las patas por alto con esta invectiva contra el Papa, pero sus palabras parecen más inspiradas en un Godofredo de Bullón, orgulloso de que la sangre sarracena le llegara a la altura de la rodilla en los atrios del Templo en Jerusalén o del requeté con un fusil de asalto en ristre guerreando al grito de ¡Viva Cristo Rey! Esas dos son aberraciones de la historia del catolicismo, contrarias al Evangelio del Señor al que el Obispo de Roma, Ussía y yo nos debemos si es que de verdad queremos seguirlo. A estos católicos les van unos papas y no les van otros, eso nos ocurre a todos, pero a ellos hasta el punto de rechazar la comunión con el indeseado. Por su talante, la estrella la ponen a Juan Pablo, II (por cierto, canonizado por Francisco). Cada uno tenemos nuestras valencias y los papas también. Juan Pablo, II, que como dice H. Küng, fue el papa del Opus Dei y de los medios de comunicación, actuó como si la cristiandad se mantuviera viva, consideró que la Iglesia Universal era como una gran Polonia, descabalgó a las órdenes religiosas de buena parte de su servicio a la Iglesia a favor de los que se llamaron los nuevos movimientos. Todo esto ha dado no buenos frutos eclesiales. No prestó oídos a los abusos por parte del clero y fue muy lamentable su actuación con Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo. De la defenestración del P. Arrupe y el establecimiento de estado de excepcionalidad en la Compañía de Jesús, prefiero co comentar nada. Frente a ello fue impulsor de las JMJ, que atrajeron a muchos jóvenes a plantearse el fenómeno religioso cristiano.





























E.L./31.01.2019

martes, 15 de enero de 2019

George Soros

George Soros


         Intenté debatir, días atrás, en FB, en el muro de una amiga que había compartido el artículo de un blog cuyo titular era el siguiente: “George Soros tiene bajo control a 226 políticos de Europa, entre ellos los españoles Pablo Iglesias, Javier Couso, Elena Valenciano, Javier Nart, diputados del PP y otros”. Y yo manifesté, me pregunté, ante tamaño bulo: “¿Nos abstendremos en algún momento de propalar mensajes tóxicos, además de falsos? ¡Ójala! llegue ese día. ” El debate no fue posible; a lo más que se llegó es al “y tú más” y al insulto personal al disidente (sic) Este de Soros es uno de los innumerables bulos que circulan. Voy a hacer un planteamiento del asunto de los bulos y más tarde describiré y valoraré, siempre a mi modo de ver, las pretendidas andanzas de Soros.
         Los bulos son antiguos como la humanidad, pero en la actualidad, a base de páginas webs de “todo a cien” y a través de las redes sociales se propalan abundantemente y la gente los cita, en su escasa formación y de la manera más acrítica posible, como si citaran a Cervantes, a Shakespeare o a Dostoievsky. Y estos que los citan (no sé si de buena o mala fe ni me corresponde a mí juzgarlo) se afilian a unos u otros según sus veleidades dizque políticas (la política es una disciplina noble y no asquerosa como lo son estas falsedades) Pues bien, como ya es sabido que con cada arma nace su contra-arma, a las páginas que propalan los bulos les siguen aquellas cuyo objetivo es desmontar los bulos. Así, por ejemplo, a “Caso Aislado”, una página que se edita en Valencia, gran fabricante de bulos, ha venido a contrarrestarla otra que se llama “Maldito bulo”, que la tilda de ser la mayor máquina de bulos que existe. Ayer por la mañana, sin ir más lejos, “Caso aislado” ha hecho público de manera temeraria el incendio en la finca de Morante de la Puebla en la provincia de Sevilla, imputándolo a radicales de izquierda. La realidad es que el incendio lo ha producido un calentador eléctrico en malas condiciones según datos de la investigación. “Caso aislado” ha cambiado ya el titular falso, una vez desmontada la falsedad por “Maldito bulo.”
         Pues bien, los bulos que se trasladan a las redes sociales se convierten en mantras que se van repitiendo por los usuarios por causa de la consistencia lanar que tiene el ser humano cuando se une a otros de forma acrítica y pierde su autonomía, su libertad y consecuentemente su naturaleza. Por ejemplo, en FB se repite una y otra vez hasta el agotamiento el hecho de que el algoritmo que emplea empece que se puedan ver publicaciones de todos los contactos porque sólo opera para que se vean unas cuantas de manera restringida y se arbitra una escaramuza más que ridícula para derrotar a los administradores de FB (sic), sin siquiera sospechar -en su ignorancia-, que FB empleará los algoritmos que crea convenientes siempre, hagan o no hagan tonterías sus usuarios para cambiarlo. También hay otro muy extendido, impregnado de un buenismo impostado, con un español más iberoamericano que de España, que comienza acompañando a un amigo a recoger una biopsia. Ante su tranquilidad, piensa que el resultado ha sido negativo y sin embargo fue positivo. Se hacen loas a la fortaleza, a la humanidad del paciente y cantos a los enfermos de cáncer. Estoy seguro de que todas las mamarrachadas que se dicen hacen daño, molestan, a aquellos usuarios de FB que lo leen y están en tratamiento contra el cáncer: ahí no hay buenismos ni brindis al sol, sólo hay una lucha a cara de perro contra la enfermedad con los mejores medios posibles y la mejor actitud de que seamos capaces. Yo he padecido dos tumores y sé de lo que hablo. Por fin, el mantra relativo a George Soros, al que se le considera culpable de los males del mundo civilizado, al que quiere destruir.
         Como decía al comienzo, se dice y se repite que tiene bajo control a 226 políticos europeos, entre ellos varios españoles. Todo el mundo odia a Soros (este es el título de un artículo de El Mundo de 05.10.2018 escrito por José F. Leal) El lobby israelí cree y difunde que el financiero es un peligroso antisemita y por eso lo odia. Nótese que Soros es de origen judío.
         Se le tacha de izquierdista, ultraliberal, sociópata, mesiánico, conspirador, maligno…Un supervillano. El autor de “La alquimia de  las finanzas” se ha convertido en el comodín del público y de mi amiga de FB (y sus correligionarios de que hablaba al comienzo) que lleva cincuenta años soliviantando el planeta. Como rey de las tramas mundiales, estaría detrás de la caída del comunismo y del muro de Berlín, del derrocamiento de Dilma Rousseff, del tráfico mundial de drogas, de las terapias del “shock”, de la crisis europea de los refugiados, del levantamiento del embargo a Irán y de la guerra en Ucrania. Es difícil de explicar por qué todo el mundo ama a Warren Buffett y detesta a Soros: misma actividad, de la misma edad, superbillonarios los dos…

         El escritor judío Michael Gold proclamó en los años 20 que “Norteamérica es tan rica y opulenta porque se ha comido la tragedia de millones de emigrantes.” Esto es lo que piensa Soros de las gentes que pueblan Europa hoy y en septiembre pasado envió una carta al Wall Street Journal, titulada “Por qué estoy invirtiendo 500 millones en los refugiados. Soros se convertía así en el primer gran actor privado en acudir a la “llamada a la acción” de Obama para afrontar la crisis de los refugiados no sólo desde lo público. “Invertiré en startups, empresas, iniciativas sociales y otros negocios fundados por los propios refugiados”, señaló. El tema de las migraciones de hoy (de los refugiados) es el tema esencial de la humanidad, como señala Antonio Garrigues y recojo yo al comienzo de mi artículo “Las migraciones, hoy”, cuyo enlace a mi blog es el siguiente: https://enriquelavilla.blogspot.com/2019/01/las-migraciones-hoy_3.html.

         El primer ministro de Hungría, el ultraderechista Victor Orban, contempla estas acciones como desestabilizadoras. A pesar de que Soros es húngaro de nacimiento, Orban considera que Soros está detrás de los Clinton y de su idea de desestabilizar a Europa y lo culpa de que un millón de musulmanes hayan entrado en Europa (sic)

         En 2014, Putin expulsó a Soros de Rusia por apoyar a Ucrania. Últimamente allí se le acusa de conchabarse con la CIA en el caso de los Papeles de Panamá. Para Soros, en cambio, Putin es una amenaza mayor para Europa que el IS, ateniéndose a los bombardeos en Siria y a su papel en la guerra de Ucrania.

         En Estados Unidos los republicanos creen que Soros piensa y Obama actúa y por eso lo odian allí. Ciertamente está vinculado al partido demócrata y ha invertido en campañas presidenciales a favor de John Kerry y Barak Obama enfrentándose a Bush,

         Los antidroga lo odian porque es partidario de la legalización del cannabis y le consideran su peor enemigo: Sam Action, lobbies del alcohol y del tabaco, gran parte del sector farmacéutico, sindicatos de policía, de trabajadores de prisiones privadas y de vigilantes de prisiones, la liga californiana de correccionales y la poderosa ONG carcelaria Correction Corporation of America.

         El pensamiento de Soros está centrado en que capitalismo y democracia deben ir de la mano y en el concepto de “sociedad abierta” descrita por el liberal Karl Popper, que fue su maestro en Londres, cuando estudiaba en la London School of Economics. Esta idea choca con no pocas fuentes de poder. Dos de ellas son la industria pesada y las compañías eléctricas en Estados Unidos. Soros ha donado en los últimos años decenas de millones de dólares a favor de la defensa del cambio climático y por eso lo odian.

         Uno de los campos de actividad recientes de las Open society foundations es la iglesia católica. Soros financió con 650.000 dólares la visita del papa Francisco a Estados Unidos en septiembre de 2015. Los elementos más recalcitrantes de la iglesia, el clero polaco y el clero irlandés, por ejemplo, piensan que busca demonizarles apoyando a colectivos LGTBI, proeutanasia y proaborto y algunos obispos provida anticipan que arderá en el infierno por aportar 1 millón de dólares al movimiento abortista. Los católicos más recalcitrantes, repito, creen que Soros es un ateo militante desestabilizador y por eso lo odian.

         En definitivo, Soros, a base de especulación financiera, es una de las primeras fortunas del planeta y consiguió llevar a la bancarrota al Banco de Inglaterra en 1992, dos años después del establecimiento del ERM, en que la esterlina se situó sobrevalorada. El 16 de septiembre, conocido como el miércoles negro, Soros –que había detectado el error de sobrevaloración- actuó  contra Inglaterra con una apuesta de 10.000 millones de dólares. Eso costó al Reino Unido 3.330 millones de libras mientras que Quantum Fund, el fondo de Soros, ganó 7.000 millones.

         Si uno entra en foros conspiranoicos o en redes sociales como FB, Twitter o Reddit, puede leer relatos de Soros que lo dibujan como un Señor Oscuro de novela dispuesto a moldear el mundo a su gusto. Es el llamado NWO, una conspiración según la cual estaría detrás de todo lo que no puede gustarle a uno: desde la ola de corrección política, del feminismo, de la obsesión por la diversidad racial y todo el movimiento Social Justice Warrior, movimientos animalistas, antirreligiosos a movimientos globalistas. En España se le ha acusado de estar detrás de Podemos y de financiar al Diario.es y también de haber sido la mano que ha apoyado al independentismo catalán.

         Llegado a este punto yo me hago esta pregunta que se hacían los penalistas romanos en la época clásica para descubrir al delincuente: Cui prodest? ¿A quién beneficia culpar a Soros de todos nuestros males? En el caso español, me parece claro que, una vez que Podemos fue desenmascarado en su financiación por parte de Venezuela a Irán volcar humo sobre ésta parece conveniente a los intereses podemitas. Para cualquiera es siempre deseable tener a un responsable fuera de la trama, al que se demonice y se haga responsable de las tropelías de uno mismo.

         No cabe duda de que Soros es un personaje que tiene mucho de turbio; sin embargo, de ahí a convertirle en una fuerza de la naturaleza capaz de modificar él solo y a golpe de talonario toda una sociedad se antoja algo exagerado. Soros puede ser un tiburón, un tiburón muy grande, pero incluso siendo un megalodón no puedes comerte el mundo tú solo y siempre encontrarás fuerzas contrarias con capacidades no muy distintas a ti.

         Con estas líneas sólo he pretendido ayudar a no caer en los mantras que se reiteran hasta el hastío en las redes por causa de nuestra condición lanar, contra la que tenemos que luchar cada día. No he pretendido contentar a nadie. Entre otras razones porque, como decía Marías: “No se debe intentar contentar a los que no se van a contentar.”



E.L./15.01.2019

jueves, 3 de enero de 2019

Las migraciones, hoy


        
Hangar en el Aeropuerto de Lampedusa
con los féretros  de tantos inmigrantes muertos en la mar

     En una intervención (de entre veinte personalidades elegidas) para conmemorar el vigésimo aniversario del canal televisivo HISTORIA ESPAÑA, Antonio Garrigues manifiesta entre otras cosas las siguientes: la idea de internacionalizarse se nos aplica a todos y el tema esencial de la humanidad hoy es el de las migraciones. Todos los procesos de emigración han sido siempre positivos a lo largo de la historia y España (aunque lo olvide) sabe lo fructífero que fue para ella, para los españoles, toda aquella época en que hubo de emigrar para mejorar la posición económica de sus gentes. Si los países de Europa tuvieran una política común en materia de refugiados la situación mejoraría sobremanera.

      Lo olvidamos, miramos para otro lado o nos desentendemos del asunto. Sin embargo, en las migraciones sus protagonistas son seres humanos obligados a ellas por la pobreza, indigencia, la guerra, en una palabra por la falta de esperanza. Y –sin embargo- se habla como si se tratara de mercancías o de animales. Se habla sin la menor reflexión: unos con buenismo, esa apariencia de bondad en la sociedad amoral que vivimos; otros sin ocultar su auténtica atroz xenofobia y hasta aporofobia contra los migrantes del África subsahariana que huyen de la guerra o del hambre. O de Venezuela o de América Central.
       
     Como nos recuerda a menudo la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) el número de desplazados y refugiados en el mundo ha alcanzado un record de 60 millones de personas. Hay que retroceder hasta la Segunda Guerra Mundial para encontrar cifras semejantes. De todas estas personas, la inmensa mayoría se encuentran, bien desplazados dentro de su propio país, bien refugiados en un país vecino. El mundo en desarrollo en Asia y el más pobre en África son las principales regiones tanto de salida como de acogida de refugiados, y sólo una pequeña minoría llega a los países más desarrollados o a la UE en particular.
         
    Y aún dicen que no son refugiados, que vienen a quedarse con lo que es nuestro ¿es mala fe o es que se desconoce la guerra en el centro y en el cuerno de África, en Oriente Medio, la situación, muy por debajo de lo humano, también, de Venezuela o de Nicaragua, Honduras o El Salvador?¿No somos conscientes de la situación de Siria, de Yemen, de Sudán, de la República democrática del Congo, de Etiopía o de Eritrea, de Somalia, de la República Centroafricana?

      En ocasiones parece que hay quien cree que vienen en patera hacia Europa, dispuestos a morir en el Mediterráneo, porque les gusta, porque es la zona de confort elegida entre diversas opciones. Y, en cambio, nadie se conmueve, ni grita a los cuatro vientos que desde Lampedusa al Acquarius se han producido 16.000 muertos más y han aparecido un puñado no pequeño de bulos migratorios como los siguientes:

1.           ¿El cierre de los puertos italianos a las ONG puede determinar el cierre de sus misiones de rescate?
       Sí, ciertamente. El resto de puertos españoles o franceses están muy alejados de la zona de búsqueda y rescate. Sin puertos en Italia o Malta estas operaciones acabarán por desmantelarse. La persecución legal a estas organizaciones da sus frutos: de catorce barcos que había hace dos años en la zona de búsqueda, hoy quedan sólo cuatro.
2.        ¿Es Valencia una posible base permanente de las ONG?
        No. De ninguna manera, no es más que una solución provisional. Ni Valencia, ni Marsella, ni Barcelona sirven como base permanente porque están demasiado lejos de la zona de búsqueda y rescate. Si tienen que perder cinco días de ida y cinco de vuelta hasta ese puerto, pasarían menos tiempo rescatando, lo que significaría más muertos en el mar.
3.      ¿Existe el riesgo de que las ONG se coordinen con las mafias de tráfico de personas?
         Falso. No es posible ya que los rescates en el mar se coordinan desde el Centro de Rescates de Roma, dependiente del Ejecutivo italiano. Y este es el que decide dónde se dirige cada barco a partir de las alertas de las embarcaciones en peligro.

4.      ¿Entran los barcos en aguas territoriales libias para rescatar?

        Falso. Según Ugarte, experto en migraciones de Médicos sin fronteras “Ni somos taxis de nadie ni entramos en aguas que no debemos entrar. El Centro de Rescates de Roma contacta con nosotros para mandarnos a las zonas en las que tenemos que rescatar a embarcaciones con problemas; también nos coordina para llevar a puerto a gentes transferidas de otros barcos para que algunos puedan quedarse y no abandonen el área.”

5.      ¿Puede morir más gente por el cierre de los puertos italianos?
         Verdadero. Criminalizar e impedir el trabajo de las ONG empeorará las condiciones de rescate. El acoso judicial al buque español Open Arms en Sicilia, en la primavera pasada, es una muestra patente de ello. Lamentablemente, con las mejora de las condiciones de la mar y el aumento de las salidas en pateras pueden ahogarse muchas más personas.

6.    ¿Existe el denominado “efecto llamada”?
        Falso. Italia puso en marcha, en 2014, la operación de rescate Mare Nostrum por una cuestión moral tras los grandes naufragios de Lampedusa. En septiembre de aquel año Italia pidió ayuda a la UE para poder sostener aquella misión, pero los socios europeos esgrimieron el «efecto llamada» como excusa y la operación Mare Nostrum terminó a pesar de su éxito: 100.000 rescatados. La U.E. sustituyó aquella operación italiana por otra militar, Tritón, con menos medios y centrada en el desmantelamiento de las mafias con resultados cuestionables. La consecuencia fue que el año siguiente se duplicaron los muertos porque las pateras no dejaron de llegar a pesar de la cancelación de las operaciones de rescate. Es impensable creer que el migrante decide cuando ponerse en camino y de qué manera. Los movimientos migratorios están condicionados por muchos factores: la situación del país de origen, la presencia de mafias, disponer de rutas migratorias a mano, el país de salida al Mediterráneo y otros. El hundimiento del estado libio y el horror que viven a su paso los emigrantes subsaharianos resulta mucho más determinante en la salida de pateras que cualquier política europea ¿Cómo es posible pensar en un ‘efecto llamada’ cuando los inmigrantes –cuya información es muy escasa- no pueden determinar cuándo eligen salir?

7.      ¿Puede Europa devolver a Libia a los rescatados?
         Falso. Tal proceder violaría la Convención Europea de Derechos Humanos y buena parte de los tratados internacionales. No es válida ni para inmigrantes económicos ni para refugiados. No se puede llevar a nadie a un país donde vaya a sufrir un trato inhumano –documentado en numerosas ocasiones- con torturas, venta de esclavos, violaciones masivas a mujeres…

8.      ¿Cuándo se cierra una vía se abre otra?
         Verdadero. Si se apuesta nada más que por cerrar vías de manera fronteriza y policial, las autopistas migratorias cambiarán. Ha sucedido así siempre: el inmigrante opta por otras maneras de llegar a su destino, aunque sean cada vez más peligrosas.

9.      La política migratoria de Salvini ¿va en contra de las ONG?
         Sí, ya que los buques de la armada italiana sí pueden desembarcar migrantes en puertos italianos mientras que el Gobierno Salvini impide usar Italia como base de operaciones para las ONG. Malta hace ya mucho tiempo que se negó a seguir colaborando.

10. ¿Tiene Bruselas responsabilidad en esta crisis migratoria?
         Verdadero. Bruselas tiene una gran responsabilidad porque ha delegado el problema migratorio en los países del sur sin ocuparse del problema mientras que ha impuesto controles económicos y rescates férreos a esos mismos países. Además, permite que esos países violen sus acuerdos migratorios con la UE, además de las leyes del mar, la Convención de Ginebra y todos los tratados de asilo y refugio.

        Los flujos migratorios se han ido intensificando ya que la situación de los migrantes en los lugares de origen no mejora sino –al contrario- va recrudeciéndose de forma notoria.

        ¿Cuál ha sido la respuesta a esa intensificación de los flujos migratorios? A nivel de la U.E. el mecanismo de solidaridad de las cuotas obligatorias de refugiados que Bruselas propuso en 2016 para ayudar a los países que sufren mayor presión migratoria –Italia, Grecia y ahora España- ha muerto sin haber apenas vivido, ha proclamado Dimitris Avramopoulos, Comisario de migraciones. Y ha muerto, añado yo, por la cerrazón de estados como Italia y Hungría que han cerrado sus fronteras a los refugiados. Y a ellos se van sumando en el resto de Europa partidos nacionalpopulistas, que aún no gobiernan pero que puede que lo hagan pronto: el Frente Nacional en Francia; Alternativa para Alemania o el PVV, partido por la libertad holandés; en las últimas elecciones suecas el partido homólogo a estos ha quedado tercero; han sido muy severas las manifestaciones y protestas xenófobas en Alemania, y en Francia se produjo la deportación de los gitanos de 2010 a 2013 durante el mandato de Sarkozy.

        En Europa se constatan dos realidades: que la derecha radical ha experimentado auge en los últimos años y que los estados con políticas más radicales contra los refugiados (Italia, Hungría y Polonia) se van viendo cada vez más apoyados por la ciudadanía.

     La falta de compromiso con la sociedad de los partidos tradicionales viene propiciando la aparición de partidos populistas –de izquierda o de derecha- (los que más que un ideario llevan en su cartera lo que la sociedad demanda porque es de lo que carece) Eso ocurre en Europa con los partidos que ya he citado, en España contamos con Podemos en la izquierda y VOX en la derecha, ocurre en Estados Unidos con el “trumpismo” y ha ocurrido en Iberoamérica en países como Bolivia, Ecuador y Venezuela con desigual suerte, de todos conocida. Estos movimientos son siempre nacionalistas por lo que socavan las organizaciones supranacionales creadas con anterioridad.

        En esta línea contemplo, cada vez con más dificultad, que la U.E. pueda sostener una política seria, organizada, proporcional y justa de acogida a migrantes y refugiados que produzca las salvaciones de náufragos que exige una sana antropología.

   Los comentarios que se van oyendo a nivel de calle son decepcionantes por inmisericordes y hasta crueles. Por ejemplo, transcribo un comentario publicado en FB: “A ver si empieza pronto a funcionar el ministerio de igualdad, porque yo quiero las mismas ayudas que los extranjeros.” ¿Es posible decir semejante “boutade” –hiriente a más no poder-, falsa como un duro de plomo, sin ir a esconderse y no volver a aparecer más? Otra lindeza proclamada en FB: “Hala! Están entrando a mansalva”, con una foto do fondo de una patera abarrotada.

   La creencia xenófoba de que los extranjeros reciben más subvenciones que los españoles se desmiente con la realidad que se constata en cifras. Sin embargo, exageraciones como “el 70 % de los beneficiarios son inmigrantes” o “dónde están los Vázquez, los Martínez o los López” son algunas de las afirmaciones que año tras año se repiten con la publicación de los nombres de quienes reciben ayudas para arrendar una vivienda. Los datos reales, tomados del diario El País de 16.03.18, son los siguientes: las ayudas autonómicas a lo largo de 2016 y 2017 a la población extranjera fue del 40 %. Los números varían considerablemente de unas autonomías a otras: Extremadura y Andalucía, menos del 10 % (6,7 y 9,7, respectivamente); en Cataluña, Aragón y Rioja se acerca al 50 % siendo el País Vasco el único lugar donde más de la mitad de los beneficiarios por la ayuda del alquiler son extranjeros (52 %)

       Además, la mitad de los extranjeros que viven en España son comunitarios pese a que el imaginario colectivo sólo piensa en africanos y marroquíes cuando habla de inmigrantes. Y ese imaginario colectivo cree que los inmigrantes reciben más de lo que aportan, sobre todo en sanidad y educación, añade Joaquín Arango, catedrático de Sociología de la UCM. Los datos nuevamente lo desmienten: los inmigrantes consultan, por ejemplo, un 7 % menos al médico que los españoles y tienen un gasto farmacéutico medio por persona de 73,70 € frente a los 374,01 € por cada español, según Stop Rumores.

     Pero el miedo y el populismo arrollan los datos. El lema es: “primero nosotros, y si sobrase una vez que todos los españoles hubieran recibido una ayuda, quizá, y sólo entonces, se le podría dar a un extranjero.” A ese grado de insolidaridad se llega.

En Twiter y FB


        Ante este panorama confuso e inmisericorde ¿qué podemos hacer? El asunto del derecho de extranjería está a caballo siempre entre los conceptos de “solidaridad” y la “ciudadanía”. La solidaridad es universal: es un concepto positivo, constructivo. Fundamentado en la alteridad de la persona humana, puede definirse por el aforismo “la unión hace la fuerza.” La solidaridad es el acto de comprensión de los problemas ajenos. La solidaridad crea redes de relaciones dentro o entre los grupos sociales constituidos. La solidaridad, que presupone la voluntariedad y la cautela, puede crear situaciones que desafíen los límites del establishment internacional. La solidaridad desafía toda frontera. La solidaridad, por otro lado, exige tomar partido, como la libertad.

       La ciudadanía, en cambio, no goza de la misma reputación. Así como fue un concepto acuñado en la independencia de Estados Unidos y en la Revolución Francesa: conjunto de ciudadanos, de hombres libres, de sus derechos –los derechos universales del hombre libre- en la actualidad se la utiliza, con cierta frecuencia, como principio excluyente, para justificar ciertos fenómenos de segregación histórica nacional. El concepto de ciudadanía refuerza la coherencia y homogeneidad de los grupos humanos.

       En cambio, la palabra solidaridad refleja un marco distinto, en el que prima la cooperación de personas de diversos colectivos y en el que la homogeneidad cultural interna de dichos colectivos humanos es casi irrelevante.


Esquema SOLIDARIDAD VS CIUDADANÍA
propuiesto por Juan A. Cebrián, María Isabel Bodega y Ana M. López-Sala
en el núm. 7 de la Revista Migraciones

        [Mientras escribo estas líneas recibo la noticia de 12 nuevas muertes en el Mar de Alborán al naufragar una patera, de la que Salvamento marítimo consiguió rescatar a 33 personas]

        En el asunto relativo al derecho de extranjería, los estados serán siempre soberanos, lo que no quita para que puedan llegar a acuerdos para lograr más eficacia y ordenar mejor las migraciones. Esto no está resultando posible ni en la Unión Europea ni en otras regiones del mundo.

        Veremos en qué queda el Pacto mundial por una migración segura, ordenada y regular firmado en Marrakech el 10 de diciembre pasado. La cumbre de Marrakech ha contado con la participación de dos tercios de países de la ONU pero con significativas ausencias como las de Estados Unidos, Italia, Austria, Israel o varias naciones centroeuropeas. Frente al argumento de muchos países de que el pacto que se va a suscribir afecta a su soberanía nacional, el Gobierno recalca (y recalca bien) que no se trata de un tratado, sino de una declaración de principios, y que los países que la apoyen pueden tener su propia política migratoria en función de sus necesidades. El Ejecutivo considera que España es uno de los países mejor preparados para afrontar el fenómeno migratorio porque su historia hace que haya sido país de llegada, tránsito, retorno y origen de migrantes.

        Una de las características de los españoles es que olvidamos con facilidad nuestra historia y en ella está escrito que en los años 60 del pasado siglo (antes de ayer en la práctica) entre millón y medio y dos millones de emigrantes españoles (datos de Alicia Alted en una monografía de 1994) se asentaron en países europeos como Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido, Suiza u Holanda. En todos los casos, urgidos por la necesidad.


Emigrantes españoles de los años 60
hacinados en el andé de una estación de F.C.


        Como señala Gonzalo Fanjul en la revista de Política Exterior del 12.12.2018: “Cuando la polvareda levantada por Estados Unidos y su escuadrón antiinmigración se haya despejado, la comunidad internacional se encontrará con que está un paso más cerca de resolver el desafío migratorio.”

        Lo que se pretende en el acuerdo mundial de Marrakech es establecer un marco multilateral de cooperación que reduzca los riesgos asociados a la movilidad humana y multiplique sus muchas posibilidades.

        El pacto despliega a través de 23 objetivos un relato político de las migraciones como un hecho natural, inevitable y esencialmente positivo.

      El pacto es explícito en garantizar la soberanía de los Estados sobre sus fronteras. Remarca el derecho a emigrar tal como está reconocido en la Declaración d los Derechos Humanos, sin que nadie tenga la obligación de admitirte.

       Pero eso no equivale a decir que el pacto sea ideológicamente inocuo o irrelevante. Quienes se oponen a él tienen razón al afirmar que se trata de una apuesta clara por el multilateralismo y por el compromiso de los Estados a generar bienes públicos globales través de la cooperación.

        Yo me adhiero a esa apuesta e invito a la adhesión a mis lectores.


E.L./03.01.2019