viernes, 28 de febrero de 2020

Buscando un Guaidó para España


            
Juan Guaidó


          El gobierno socialcomunista que padecemos ya fue adjetivado y advertido en este blog, en un artículo de doce de enero pasado: https://enriquelavilla.blogspot.com/2020/01/el-gobierno-de-coalicion-social.html. En esas líneas se prenotaba el fondo humano y político de su Presidente, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, carente de la más elemental ética y en esa falta de ética un actuar sin afanarse lo necesario en una mínima dosis de dignidad en su conducta que a diario está deviniendo –cada vez más- en una actuación sin vergüenza:

  • ·         plagio de su pretendida tesis doctoral
  • ·         nombramiento de Fiscal genera a su ex ministra de Justicia
  • ·         prometer un plan a los electores y realizar el contrario tras ser investido
  • ·         desechar a UP como socio de gobierno para que él y los españoles pudieran dormir tranquilos y comprar después –al parecer- una nueva cama de matrimonio para hacer ‘dormibles’ (sic) las noches con Iglesias
  • ·         admitir que los separatistas terminen con el estado y ayudarles a ello
  • ·         etc., etc., etc. podríamos seguir enumerando un etc. casi indefinido


            A partir de este presupuesto, que ha sido bien contrastado con los acontecimientos, nada bueno es esperable para España y, a poco que nos descuidemos, sí convertirnos en el caos de una república ‘coletariana’ (sic) al estilo de la república bolivariana de Venezuela. Los populistas en el Gobierno han vivido en ese humus nutriéndose de él, económíca e ideológicamente, tanto como han podido. También coadyuvando a su desarrollo.

            Esto conlleva la consecuencia política más indeseada, la que supone el desmantelamiento del estado que surgió de la Constitución de 1978, o lo que es lo mismo, ejercer una acción de gobierno cotidiana que supone un golpe de estado continuado a golpe de decreto de los Consejos de Ministros. Vaya por delante para quien al leer estas palabras me tache de catastrofista/agorero de males, que ya al iniciar su discurso de investidura proclamó, sin que nadie se lo hubiera pedido, ‘España no se rompe’ ¿No suena eso a ‘excusatio non petita’? O es que acaso no se está gobernando

  • ·         sin el menor respeto a las buenas maneras (aseo personal, indumentaria, chabacanería en el hablar)
  • ·         sin el menor respeto a las personas
  • ·         sin el menor respeto a las normas de protocolo
  • ·         sin el menor respeto a las leyes y a la Constitución
  • ·    sin el menor respeto a las instituciones del Estado con las que se juega como lo hiciera un   prestidigitador
  • ·         sin el menor respeto a la nación española


            Frente a este peligro tan grave y tan perentorio que ha comenzado ya a materializarse estamos obligados a defendernos. Somos ciudadanos de un estado social y democrático de derecho nacido de la Constitución de 1978 y queremos y debemos seguir siéndolo. La ley es la garantía de la democracia; fuera de la ley sólo existe la selva y ya se perciben en nuestra España los golpes al sistema que practican todos los regímenes autocráticos: el poder ejecutivo lo es todo, lo puede todo, no le controla nadie y no hay más poder que él. Es el equivalente político al solipsismo psicológico: el universo soy yo porque se ha hecho para mí; fuera de mí no existe nada ya que todo lo ajeno a mí es para mí y nada más que para mí.

            La circunstancia es particularmente grave porque a causa del fondo humano y político de Sánchez y su falta de ética está vendiendo el estado de 1978 precisamente a los enemigos del estado, a los separatistas y a los populistas. En las luchas humanas triunfa siempre el de un nivel de ética más bajo ya que carece de escrúpulos para acometer asuntos que una persona bien dotada no acometería, y en la defensa de aquellos envites la ética más acendrada tampoco le permite actuar más allá de lo que es estricta ‘legítima defensa’. Y si esto no es así que alguien me diga a quién se le ocurriría en España una moción de censura de la mano de separatistas y populistas para separar del poder al Partido Popular y tras unas elecciones con peores resultados del PSOE que en las anteriores formar un gobierno con populistas de UP y sostenido por pactos inconfesables con los separatistas catalanes, los separatistas vascos y los herederos de ETA.

            Ha emergido ya -laus Deo- la plataforma cívica Unión 78 promovida por Rosa Díez y Fernando Savater. Apoyo a la Plataforma y apoyo más aún a sus promotores. Que no desfallezcan en su empeño.

      Pero con una plataforma no basta porque es preciso separar del poder a este gobierno socialcomunista que hace a diario almoneda del estado. Es imprescindible un partido político con un liderazgo nuevo ya que los partidos que pudieran haber terminado con este estado de cosas no han sido capaces de coaligarse para ello. El PP da muestras de que Pablo Casado se va afianzando en el liderazgo poco a poco, pero es claro que aún no está consolidado como presidente incuestionable del partido. Ha sido capaz de dar un golpe de autoridad en las provincias vascongadas destituyendo a Alfonso Alonso y creando una coalición vasca con C’s, extremo que no ha podido conseguirse en Galicia donde Alberto Núñez-Feijóo cuenta con la fuerza de presidir la Xunta y presidirla tras haber obtenido mayoría absoluta en las elecciones.

            Ya en las pasadas elecciones debió preverse la situación a que podríamos llegar (la moción de censura fue lo suficientemente expresiva) y haber hecho una coalición de Partido Popular, Ciudadanos y VOX que debería haber ganado las elecciones. Los personalismos la impidieron, lo que es muestra de falta de generosidad y, en nuestro caso, también de cortedad de visión política. La tajante negativa de Rivera a pactar con VOX fue decisiva. Hoy ya no está Rivera y el partido que dejó maltrecho se está refundando a base de Inés Arrimadas, inasequible al desaliento y ganadora de más de una elección en Cataluña. VOX es una deriva populista, como lo es PODEMOS, que se desgajó del PP a la vista de su blandura y tiene formas autoritarias nacionalpopulistas que le han llevado a alinearse con partidos homólogos europeos. Detalles estos que hacen tener una cierta prevención contra VOX, pero también es posible que asociados a formaciones como el PP o C’s adquieran un lustre más liberal-conservador del que hoy irradian.

            La plataforma Unión 78 es digna de apoyo, pero no basta. Lo que sí es posible es que surja de entre ella, o por causa de ella,  un líder al estilo de Guaidó en Venezuela pero es necesario con mucha mayor antelación a la emergencia de Guaidó allá. Venezuela estaba ya aniquilada cuando hace trece meses se le invistió como Presidente encargado. Eso ha evitado que pudiera salirse de la situación en poco tiempo. Afortunadamente, la salida del dictador Maduro y el desmantelamiento de su régimen tiránico parecen hoy próximos. Ojalá, antes de que España quede aniquilada, tengamos un Guaidó español, con apoyos de todos los que se sienten, son y no quieren dejar de ser ciudadanos españoles, que lidere un partido nuevo o de los ya existentes,  capaz de separar del poder a este gobierno en la elecciones próximas y enderezar el rumbo perdido. Un rumbo que indefectiblemente debe ser hacia una paz próspera, siempre en libertad.

            Reformas, todas las necesarias. Desarbolar la estructura del estado, de ninguna manera lo podemos permitir.










































E.L./28.02.2020

viernes, 10 de enero de 2020

El gobierno de coalición social-comunista


          

Los ministros de UP que se esperan para el nuevo Gobierno


         Pedro Sánchez ha demostrado, como nadie, sus dotes de prestidigitador de la política sobre un fondo humano y político carente de la más elemental ética. Desde que prosperó su moción de censura contra Rajoy no he parado de oír insultos contra él: ‘okupa’ (que nunca lo fue aunque su ocupación de Moncloa nos chirriara a muchos: fue conforme a derecho, aunque rebosante de ilegitimidad por los socios que la secundaron), traidor, felón, embustero…Simplemente en su falta de ética no se afana en una mínima dignidad en sus actos. Jamás insultaré a nadie, convencido de que el insulto personal siempre descalifica al que lo profiere. Sin embargo, no puedo pasar sin dejar unos apuntes de la circunstancia política que vivimos y que nos ha traído el inefable Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Una circunstancia política que va a dirigir un gobierno de coalición por primera vez en democracia y cuya última experiencia histórica fue el también gobierno social-comunista de Largo Caballero entre 1936 y 1937. Nótese que Largo, si bien asume la presidencia del Consejo de Ministros en septiembre del 36, cuando ya la guerra incivil había comenzado dos meses antes, había sido ya ministro en el primer bienio republicano y fue líder de la Revolución de Asturias de 1934 desatada por el PSOE, que no aceptó (y así lo expresó explícitamente) la victoria de la derecha en las urnas.

          Es súper sabido que no podría dormir tranquilo -ni él ni los españoles, dijo- en un gobierno de coalición con Unidas Podemos’. Nada más lógico: UP es una formación populista antisistema y, en consecuencia, anticonstitucional, antiespañola, republicana y contra el estado social y democrático de derecho que surgió del consenso de 1978. Pues bien, nadie sabe ahora lo tranquilo que va a dormir Sánchez con un gobierno de coalición con UP en cuyo Consejo de Ministros se sentarán un vicepresidente y cuatro ministros, dos de ellos pareja entre sí por hacer más bonito el paisaje. Yo no me siento tranquilo ni en el sueño ni en vigilia.

Abrazo entre Sánchez e Iglesias poco después de las elecciones

          Después de haberse quitado de encima (mirando hacia otro lado y no de otra manera) sus miedos por compartir Gobierno con UP, Sánchez comenzó su discurso de investidura proclamando que “España no se rompe”. Los que conocemos el aforismo latino de “Excusatio non petita…” nos vimos compelidos a hacer un esfuerzo de serenidad por nuestro propio bien, pero tomando muy buena nota de todo. Tras ello proclamó, sin despeinarse –bien lo sabe Dios-, que “no había tenido otra posibilidad de pacto” que no fuera con UP. Toda España sabe que la derecha representada por PP y C’s le habían ofrecido crear un gobierno de coalición con el PSOE para haber ejercido un sólido gobierno de Estado que permitiera arrostrar sin fisuras el mayor problema que tiene planteado la política española: la independencia de Cataluña azacanada y vilmente perseguida desde las mismas instituciones del Estado en la Comunidad Autónoma. Y seguimos consintiéndolo desde el gobierno central, no desde el gobierno de España como ladinamente dicen los independentistas ¡Qué mala aplicación hicimos en época de Rajoy del art. 155! y esas aplicaciones tan malas desgastan el precepto, le restan espesor y solidez.

          No contento con todo ello se atreve a pactar la abstención en las votaciones de investidura  con ERC, cuyo líder está condenado por sedición y proclama en el hemiciclo y, por lo tanto, ‘erga omnes’, que el ‘conflicto’ catalán es político y que hay que desjudicializarlo. Además de usar la jerga independentista, que es vestirse con el uniforme inapropiado ¿se dará cuenta de nuestra zozobra si lo desjudicializáramos a él? ¿Podría un presidente del Gobierno ser inmune al poder judicial sin que peligrara nuestro Estado de Derecho?

          Y nótese, y esto es aún aun más grave, que llegó a proclamar también que ‘la ley por sí sola no basta’. Si con ello hubiera querido decir que la ley precisaba del poder ejecutivo para conminar por la fuerza a su cumplimiento y del poder judicial para interpretarla y aplicarla de la manera más justa posible hubiera estado bien, pero no; no se refería a eso, no se hagan ilusiones. Se refería a un compadreo con el incumplimiento de la ley, intolerable en democracia: nos dijo que había pactado una mesa de negociación; un referéndum por la autodeterminación de Cataluña hecho en Cataluña en exclusiva, burlando de esa manera la soberanía nacional española que reside en el pueblo español, en todo el pueblo español y nunca en una de sus partes. Fuera de la ley sólo existe la selva, conviene que se sepa.

          Ante tamaños despropósitos (que son desafueros políticos) tengo la esperanza de que la naturaleza del Presidente, a más de ser escasa en ética, de exigua dignidad (no sé si al hablar de dignidad caben las graduaciones), frentista, sectaria, poco amiga de la verdad es también inmensamente confiada en su astucia para los juegos de triles y de la misma manera que ha engañado con la bolita a toda España, comenzando por los votantes del PSOE, engañe también con la misma bolita de trilero a Unidas Podemos y a los independentistas, filoetarras y otras formaciones que han apoyado la investidura. Las noticias que se van sabiendo sobre la formación de gobierno hacen pensar en que la causa de un gobierno tan numeroso es la de diluir a UP; la de nombrar cuatro vicepresidentes y no tres es la de diluir la influencia de Iglesias y que –sobre la marcha- en el transcurso del tiempo engañe también a las formaciones que se han abstenido en la votación de investidura. Quizá sea por aquello del que no se conforma es porque no quiere pero yo tengo esa esperanza.

          Y termino con una demanda exigente para Cataluña. Es la hora de la firmeza en el cumplimiento de la ley entera: desde la Constitución hasta el reglamento más nimio y las normas de protocolo. Unidas Podemos no ha estado en esa línea pero ha de ponerse en línea y también cumplir las normas de protocolo. De lo contrario flaco favor hará al gobierno al que debe servir, no del que debe servirse.

          En marzo de 2017 publiqué en este mismo blog una reflexión que se titulaba “Me duele España”. Hoy me sigue doliendo, pero entre todos debemos hacer por que España retome la senda de estabilidad que merece una nación tan antigua y tan afanosamente construida como la nuestra. Nada menos que setecientos años de guerra contra el Islam invasor de la península en el s. VIII.

          Un año antes, febrero de 2016, escribí y después volqué en el blog en diciembre del mismo año, cuando lo inicié, el artículo “Venezuela y Podemos. La República bolivariana de Venezuela ¿hacia una República coletariana de España?”

          Y sobre el problema de Cataluña tengo también  unas cuantas referencias en el blog.

          Espero que el gobierno social-comunista que va a formar Sánchez no se parezca en nada al de Largo, su predecesor en el PSOE de los años 30, que Unidas Podemos coadyuve a la eficacia de la gobernación de España, comenzando por embridar con firmeza la aberración del independentismo catalán, que la oposición lo exija como es debido en las democracias modernas consolidadas. Y que todos progresemos de veras. No porque el gobierno se diga progresista sino porque se empeñe en el progresos real de los españoles.

          Con esa esperanza termino estas líneas. Que sea así.


E.L./12.01.2020