jueves, 28 de marzo de 2019

Nuevos agravios e injurias de fieles católicos (sic) contra el Papa


 
Besamanos del Papa en Loreto


         El lunes pasado, solemnidad de la Anunciación del Señor, Francisco –Obispo de Roma- pasó la jornada en Loreto donde firmó la exhortación apostólica postsinodal en forma de carta a los jóvenes que se denomina “Vive Cristo, esperanza nuestra.”

     Tuvo lugar un besamanos que dio origen a un vídeo nada afortunado. Los responsables de comunicación de la Santa Sede deberían haberlo vetado, pues ha requerido explicaciones, de esas de las que no deben ser nunca objeto las acciones del sucesor de Pedro.

         Pues bien, como somos católicos y una de nuestras señas de identidad es tener al Obispo de Roma que ejerce el primado sobre los demás obispos, sin ningún respeto lo atizamos cuando nos parece adecuado, sin causa, sin educación, de manera irreverente y por supuesto indisciplinada. Como decimos en español, queremos ser “más papistas que el papa.” Y lo más grande es que concluimos con la conciencia del deber cumplido y el regusto de ser algo más católicos y mejores católicos tras las afrentas.

     Como muestra de lo que estoy denunciando transcribo a continuación cuatro sentencias condenatorias contra Francisco que he podido leer con dolor en FB y otros medios:
1.      ‘El papa evita que le besen el anillo de San Pedro.
Decididamente este papa no es el representante de Cristo en la tierra.’ [No me parece pensar mucho más allá si en un envite ulterior se le pusiera la tacha de anticristo. Y sepa quien esto escribió que Francisco no porta el anillo del pescador; renunció a él y mantiene el anillo que llevaba de arzobispo de Buenos Aires
2.      ‘¡Qué pena me da este vídeo! El respeto al sucesor de San Pedro se demuestra besando el anillo, al margen del hombre que lo lleve.’ [¿No será mejor decir que el respeto al sucesor de San Pedro se demuestra respetándolo?]
3.      ‘Con Dios en el corazón, SS Juan Pablo, II. Con asco, Francisco’ [Aquí sobrepasamos la falta de respeto y nos subimos a la repugnancia expresa. Seguramente, sintiéndonos más católicos cada vez]
4.      ‘No sé, pues vaya maleducado rechazar así a la gente’ [Como se ve esta se sitúa ya, en comparación con las anteriores, en terrenos de la dulzura y la suavidad]

         Como decía uno se los santos padres de occidente, y lo sé muy bien porque formo parte de ella, la Iglesia es “santa y meretriz” a un tiempo. Santa, en cuanto fundada por el Señor Jesús; meretriz a base de nuestras imperfecciones, faltas y pecados. Pero no se puede zaherir al papa, ni a nadie, en los términos que he dejado apuntados ¿Quién es quién para juzgar a nadie? ¿Quién es quién para juzgar al papa que tiene un prisma tan diverso y tan infinitamente más amplio que los cristianos de a pie?

         Como bien escribe Jesús Bastante en RD “No, no fue una 'cobra'. Simplemente un gesto más, que muestra a las claras que la Iglesia está cambiando, que Francisco no es un Papa con capa magna, zapatos caros o que deba ser llevado en silla gestatoria. Esa Iglesia, por fortuna, no debe volver.

El Papa Francisco impidió ayer, durante su visita a Loreto, que varios fieles besaran su anillo o su mano, o que se inclinaran a hacer una reverencia. No es la primera vez que lo hace: y es que Bergoglio no quiere falsas alabanzas, que olvidan lo esencial: la construcción de una Iglesia pobre y para los pobres.

Francisco es el mismo Papa cuyo primer gesto, nada más ser elegido, fue agachar la cabeza y reclamar la bendición del santo pueblo de Dios. El mismo que renunció a vivir en un Palacio, mudándose a la Casa Santa Marta. El mismo que usa sus mismos zapatos gastados, sus gafas viejas, que se negó a usar el tradicional Anillo del Pescador y continuó usando el que llevaba como arzobispo de Buenos Aires.”

         A lo largo de sus seis años de pontificado me he sentido obligado a hacer una defensa suya en un par de ocasiones ya. Con estas líneas no quería defenderle a él, sólo quería denunciar la ordinariez, la falta de sentido, la ausencia de comunión de estos cuatro y de todos los demás que se hayan sentido marcados por el mismo impulso artero, descalificador y netamente deslegitimado. Estos que imponen su ortodoxia no respetan absolutamente las normas: el número 22 de la Constitución dogmatica sobra la Iglesia –Lumen Gentium- del Vaticano, II, que se refiere al colegio de los obispos y su cabeza expresa literalmente que “…el Pontífice Romano tiene, en virtud de su cargo de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, potestad plena, suprema y universal sobre la Iglesia…” y –añado yo- incluyendo a los que han proclamado semejantes mamarrachadas si es que aún se sienten en la comunión eclesial ¿No es una afrenta a un personaje de excesiva importancia que hubiera sido mejor obviar?

         El Papado exige nuestra reverencia a la persona que lo encarne, sea quien sea, porque representa mucho más de lo que es. Así es nuestra Iglesia.

         Y termino con estas líneas de Bastante: Francisco es “El mismo que quiere que nos centremos en lo esencial, como lleva diciendo desde que, hace ahora seis años, fue elegido como Sucesor de Pedro. ¿Y qué es lo esencial? Las Bienaventuranzas y Mateo 25. La construcción de un mundo nuevo, y la mirada de Dios en los ojos de los que más sufren.
Los tiempos de las riquezas y los oropeles han pasado, también los de los papas infalibles (éste ya ha demostrado que puede equivocarse, y pedir perdón)... y, esperemos, los tiempos de los que creen que Dios está en lo externo, en la genuflexión, en los anillos besados, y no en la posada donde cura sus heridas el Buen Samaritano.”















E.L./28.03.2018