El lunes pasado, solemnidad de la
Anunciación del Señor, Francisco –Obispo de Roma- pasó la jornada en Loreto
donde firmó la exhortación apostólica postsinodal en forma de carta a los
jóvenes que se denomina “Vive Cristo, esperanza nuestra.”
Tuvo lugar un besamanos que dio origen a un vídeo nada
afortunado. Los responsables de comunicación de la Santa Sede deberían haberlo
vetado, pues ha requerido explicaciones, de esas de las que no deben ser nunca
objeto las acciones del sucesor de Pedro.
Pues bien, como somos católicos y una de nuestras señas de
identidad es tener al Obispo de Roma que ejerce el primado sobre los demás
obispos, sin ningún respeto lo atizamos cuando nos parece adecuado, sin causa,
sin educación, de manera irreverente y por supuesto indisciplinada. Como
decimos en español, queremos ser “más papistas que el papa.” Y lo más grande es
que concluimos con la conciencia del deber cumplido y el regusto de ser algo
más católicos y mejores católicos tras las afrentas.
1. ‘El
papa evita que le besen el anillo de San Pedro.
Decididamente este papa no es el representante de Cristo en la tierra.’ [No me parece pensar mucho más allá si en un envite ulterior se le pusiera la tacha de anticristo. Y sepa quien esto escribió que Francisco no porta el anillo del pescador; renunció a él y mantiene el anillo que llevaba de arzobispo de Buenos Aires
Decididamente este papa no es el representante de Cristo en la tierra.’ [No me parece pensar mucho más allá si en un envite ulterior se le pusiera la tacha de anticristo. Y sepa quien esto escribió que Francisco no porta el anillo del pescador; renunció a él y mantiene el anillo que llevaba de arzobispo de Buenos Aires
2. ‘¡Qué pena me da este
vídeo! El respeto al sucesor de San Pedro se demuestra besando el anillo, al
margen del hombre que lo lleve.’ [¿No será mejor decir que el respeto al
sucesor de San Pedro se demuestra respetándolo?]
3. ‘Con
Dios en el corazón, SS Juan Pablo, II. Con asco, Francisco’ [Aquí sobrepasamos
la falta de respeto y nos subimos a la repugnancia expresa. Seguramente,
sintiéndonos más católicos cada vez]
4. ‘No sé, pues vaya
maleducado rechazar así a la gente’ [Como se ve esta se sitúa ya, en comparación
con las anteriores, en terrenos de la dulzura y la suavidad]
Como decía uno se los santos padres de occidente, y lo sé
muy bien porque formo parte de ella, la Iglesia es “santa y meretriz” a un
tiempo. Santa, en cuanto fundada por el Señor Jesús; meretriz a base de
nuestras imperfecciones, faltas y pecados. Pero no se puede zaherir al papa, ni
a nadie, en los términos que he dejado apuntados ¿Quién es quién para juzgar a
nadie? ¿Quién es quién para juzgar al papa que tiene un prisma tan diverso y tan infinitamente más amplio que los cristianos de a pie?
Como bien escribe Jesús Bastante en RD “No, no fue una 'cobra'. Simplemente un
gesto más, que muestra a las claras que la Iglesia está cambiando, que
Francisco no es un Papa con capa magna, zapatos caros o que deba ser llevado en
silla gestatoria. Esa Iglesia, por fortuna, no debe volver.
El Papa Francisco impidió
ayer, durante su visita a Loreto, que varios fieles besaran su anillo o su
mano, o que se inclinaran a hacer una reverencia. No es la primera vez que lo hace: y es que Bergoglio no quiere
falsas alabanzas, que olvidan lo esencial: la construcción de una Iglesia pobre
y para los pobres.
Francisco es el mismo Papa cuyo primer gesto, nada
más ser elegido, fue agachar la cabeza y reclamar la bendición del santo pueblo
de Dios. El mismo que renunció a vivir en un Palacio, mudándose a la Casa Santa
Marta. El mismo que usa sus mismos zapatos gastados, sus gafas viejas, que se
negó a usar el tradicional Anillo del Pescador y continuó usando el que llevaba
como arzobispo de Buenos Aires.”
A lo largo de sus seis años de pontificado me he sentido
obligado a hacer una defensa suya en un par de ocasiones ya. Con estas líneas
no quería defenderle a él, sólo quería denunciar la ordinariez, la falta de
sentido, la ausencia de comunión de estos cuatro y de todos los demás que se
hayan sentido marcados por el mismo impulso artero, descalificador y netamente
deslegitimado. Estos que imponen su ortodoxia no respetan absolutamente las
normas: el número 22 de la Constitución dogmatica sobra la Iglesia –Lumen
Gentium- del Vaticano, II, que se refiere al colegio de los obispos y su cabeza
expresa literalmente que “…el Pontífice Romano tiene, en virtud de su cargo de
Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, potestad plena, suprema y
universal sobre la Iglesia…” y –añado yo- incluyendo a los que han proclamado
semejantes mamarrachadas si es que aún se sienten en la comunión eclesial ¿No es
una afrenta a un personaje de excesiva importancia que hubiera sido mejor obviar?
El Papado exige nuestra reverencia a la persona que lo encarne,
sea quien sea, porque representa mucho más de lo que es. Así es nuestra Iglesia.
Y termino con estas líneas de Bastante: Francisco es “El mismo
que quiere que nos centremos en lo esencial, como lleva diciendo desde que,
hace ahora seis años, fue elegido como Sucesor de Pedro. ¿Y qué es lo
esencial? Las Bienaventuranzas y
Mateo 25. La construcción de un mundo nuevo, y la mirada de Dios en los
ojos de los que más sufren.
Los tiempos de las riquezas y
los oropeles han pasado, también los de los papas infalibles (éste ya ha
demostrado que puede equivocarse, y pedir perdón)... y, esperemos, los tiempos
de los que creen que Dios está en lo externo, en la genuflexión, en los anillos
besados, y no en la posada donde cura sus heridas el Buen Samaritano.”
E.L./28.03.2018