En primer lugar debo decir que he
estado leyendo el documento con pena.
Ignoro la motivación de Ratzinger al
publicarlo y las presiones que haya podido padecer. A los 92 años se sufre más
con ellas. En todo caso:
- parece sospechoso que antes de su publicación en la revista bávara a la que iba dirigido fuera filtrado a medios norteamericanos radicalmente antifrancisco
- y más sospechoso, aún, que al final del documento haga un agradecimiento al papa Francisco como el que hace, que consiste en una “excusatio non petita” a tenor del contexto en que se inscribe
En cuanto al tema de fondo, la Iglesia debe siempre, por deseo del Señor, “estar en el mundo sin ser del mundo” (Jn. 17, 15-16) y en los momentos en que más cuesta, en las crisis, en las revoluciones sociales…tiene que reforzar sus cimientos y alzar los dinteles de sus puertas.
Se refiere a que la crisis de la
pederastia en sacerdotes y religiosos trae causa de los efectos malvados de la
revolución del mayo 68 francés. Alguna leve alusión que hace al Concilio me
parece mala y peligrosa para la fe.
Dudo que haya que abandonar una ética
informada por la Escritura y volver a la ley natural, donde se encontraba a
gusto. Es más: cada vez estoy más convencido de que la ética metafísica es
idéntica a la ética cristiana, salvo en una cuestión, la obligación del
cristiano, no sólo de perdonar al enemigo sino de amarlo. Este punto tan vital
–como otros- no lo recogeríamos si se nos ocurriera prescindir del Evangelio.
En todo caso, no deja de ser un golpe
bajo a Francisco que no aporta nada bueno al entendimiento eclesial.
Y un último interrogante ¿por qué
estuvo tan callado sobre el asunto durante siete años de pontificado?
E.L/17.04.19
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