jueves, 8 de diciembre de 2016

Quod abducit, quod esse Dei et eius opus creationis


Con esta nota pretendo poner en común con las gentes del Opus Dei y con todos los que la leyeren mis actitudes, mi consistencia (tan católicas, al menos, como las suyas) para poder ser contrastadas con las suyas y podamos obtener mayor claridad de juicio y ¡ójala! nos demos cuenta de que hay más cosas que nos unen de las que nos separan y que son aquellas las que hay que sacar para potenciar la comunión. Nunca me ha sido fácil un diálogo sereno con gentes de la Obra pero sigo y seguiré siendo un romántico y por ello espero poder aproximarnos hasta que llegue el día en que faltemos o la Obra o yo.

El mini opus de Octubre del 37 en Andorra camino de Burgos, donde Escrivá se instala a comienzos del 38


Recuerdo que hace unos años (entre 10 ó 15) estuve cambiando impresiones a través del correo electrónico con un sacerdote americano del Opus que publicaba en la red un día sí y otro también. Se llama John Mc. Closkey Jr. y por aquel entonces era Director del Catholic information center en Washington D.C. Antes del salto al sacerdocio, siendo aún socio numerario de la Obra había trabajado en finanzas (como yo) en Merril Lynch y Citybank, lo que me hizo pensar que podríamos tener mecanismos de pensamiento, si no parecidos sí, homólogos. Nuestra correspondencia epistolar concluyó cuando, al cabo de un año, aburrido de mis comentarios críticos a sus postulados me dijo “¿No tiene Vd. en España a nadie para poderse a meter con él a diario que tiene que venir hasta Washington a meterse conmigo?” Hoy vive en California dedicado a la dirección espiritual y fue conocido en la iglesia estadounidense como el “convert maker” (fabricante de conversos) por el número tan grande de conversiones al catolicismo en que había mediado (sic)




Fr. John Mc. Closkey, Jr.


Hay una característica común entre las gentes de la Obra que se despega mucho del modo de proceder del Señor Jesús y que crea separación (en ocasiones radical) entre los socios del Opus y el resto de la Iglesia. A lo largo de los cincuenta años o más que los trato ellos están instalados en la verdad y yo sólo soy capaz de aproximarme a la verdad en la medida en que coincida con ellos. Y eso no puede ser, sencillamente, porque eso es no aceptar la realidad. “Ni tu verdad, ni la mía: la verdad. Y ven conmigo a buscarla, la tuya, guárdatela” (Antonio Machado)

Y es que yo no he visto mucha verdad resplandeciente en la Obra y lo digo pidiendo perdón, desde mi escaso brillo vital y desde el coraje que me da el decirlo. Yo no la he visto. Aunque debo hacer -en honor a la verdad y a la justicia- las excepciones de unos pocos del Grupo, con muy buena disposición de seguimiento del Señor, del servicio a los demás, que lo ejercen en el marco de las prácticas de piedad reglamentarias de la organización pero priorizándolo por encima de ellas. En la inmensa mayoría sólo he visto el cumplimiento riguroso de esas prácticas sin vinculación con el vaciamiento de uno mismo por el otro al estilo de Jesucristo, el Señor, que es a quien hay que seguir. “No todo el que me diga <Señor, Señor> entrará en el Reino de Dios” (Mt. 7,21) Jesucristo prefiere la ortopraxis antes que la ortodoxia. Me ha saltado a la vista, hace ya años, el hecho de que una organización católica de casi cien años de vida y extendida en sesenta y ocho países no tenga aún ningún mártir por la fe. ¿Le seguimos hasta el número 115 de la Calle de la Amargura y nos perdemos y nos alejamos de El antes de llegar a El Calvario? Porque me lo digo a mí mismo cada día, lo expreso hoy para todos de este modo.

Y es que en la Obra mucho me suena a infantil, superficial, demasiado simple para tratar de hombres y mujeres y de Dios. Dios y los hombres son un misterio ¿sencillos de desentrañar cada uno?¿son simples? Si fuera así, no serían misterio. Voy a empezar por la simpleza de la fijación de la fecha de la fundación: 2 de octubre de 1928, ya que en esa fecha su pretendido fundador sintió la inspiración divina de acometer la Obra al escuchar el repicar de campanas en la Parroquia de Nuestra Sra. de los Ángeles, en la calle Bravo Murillo de Madrid ¿Conoce alguien de la fijación en el espacio y en el tiempo de un acontecimiento de la importancia de éste por el tañer de unas campanas? Una fundación así sólo se acredita mediante documentos firmados por sus protagonistas, autorizaciones en la fecha por la autoridad eclesiástica, declaraciones de intenciones fehacientes de personas dispuestas a acometer tal proyecto… pero dejar la datación de la fundación de la Obra al tañer de las campanas me parece poco riguroso y por ello no inspirador de confianza. A mi modo de ver el Opus se funda (campanas aparte) a partir de la segunda mitad de 1938 en Burgos, donde tenía Franco instalado su Cuartel General por entonces de la mano de Albareda y Pérez Embid que vieron en Escrivá (y su entonces Grupito) una buena vía para dar el soporte nacional-católico que el régimen demandaba.

La simpleza al tratar con Dios y con los hombres lleva, además, al error. “Dios es mi Padre, aunque me envíe sufrimiento. Me ama con ternura, aun hiriéndome. (...) Y yo, que quiero también cumplir la Santísima Voluntad de Dios, siguiendo los pasos del Maestro, ¿podré quejarme, si encuentro por compañero de camino al sufrimiento? Constituirá una señal cierta de mi filiación, porque me trata como a su Divino Hijo» (S. Josemaría Escrivá, V. Cruc. 1,1).” Cuando leí este párrafo en Facebook a comienzos del mes de septiembre pasado no pude dejar de comentar allí mismo: “Si yo, en algún momento de mi vida, hubiera llegado al convencimiento de que Dios (el Dios de Jesús y el mío) me envía sufrimiento, me ama hiriéndome, probablemente me hubiera convertido desde entonces en un ateo militante. Afortunadamente no ha sido así.” Me parece que reincide Escrivá en esa necedad (muy al uso) de querer amoldar a Dios en medidas humanas, en nuestras limitaciones, a nuestra manera y así no dejamos a Dios que sea Dios y que consista en serlo desde su ser de Dios.

Otro escandaloso error.“Un sondaggio dice che il novanta per cento degli handicappati sono figli di genitori che non hanno mantenuto quella purezza”.(Javier Echevarría en Catania, Giornale de Sicilia del 10.04.1997) Traduzco al español: “Una estadística dice que el 90% de los discapacitados son hijos de padres que no han mantenido esa pureza” En este caso la causa del disparate es la falta de suficiente conocimiento del Señor. “Ni él pecó ni sus padres: ha sucedido para que se revele en él la acción de Dios” (Jn. 9, 3) Por lo tanto, doctrina fijada por Jesucristo, nuestro Señor, en un momento de su vida vida, hace veinte siglos y que no hemos digerido aún. Las explicaciones dadas, tras el escándalo por el propio Echevarría y por la Oficina de información del opus Dei no me han resultado satisfactorias. El 29 de mayo de 2012 esta Oficina de información decía: “Se trata de una antigua cuestión, que el Prelado aclaró en su momento en una amplia entrevista concedida al diario Avvenire, publicada el 17.04.1997: "Esa frase –explicó el prelado– no se corresponde en absoluto con mi pensamiento de hombre, de cristiano y de sacerdote. Además, afirmar que el noventa por ciento de las personas con discapacidad son hijos de padres que no han llegado castos al matrimonio es algo absurdo y un completo disparate".”

Dejo apuntados algunas muestras de lo que me separa de las gentes del Opus Dei, una Organización que no sé si tendrá mucho más futuro en la Iglesia pero a la que la mayoría les pediríamos un talante de mayor comunión con los otros, con los que no son de su Grupo, pero que son cristianos sinceros.

Y termino con este pensamiento de Blaise Pascal: “No poseemos la verdad ni el bien nada más que en parte y mezclados con la falsedad y con el mal.”









E.L./06.11.16

1 comentario:

  1. Muchas gracias, Javier. Dialogar es la única manera de profundizar entre las personas y de poder tener una perspectiva más polifacética.Cuando hablo de que la "Obra mucho me suena a a infantil y superficial" no echo en falta tratados de Teología que la Obra tiene. Lo que hecho en falta de falta de verdad es el hecho de sumir el cristianismo como lo que es: una religión encarnada. De las tres grandes religiones del libro (como dicen los musulmanes) sólo el cristianismo lo es. Ni el judaismo ni el Islam son religiones encarnadas. Adoran a un Dios al que nunca ven pero que es inmensamente poderoso y salvador de su pueblo. Nuestra fé consiste en el seguimiento de Jesucristo el Señor, del que no quieres separarte una vez que te has encontrado con El. Y ese seguimiento debe llevarnos hasta el Calvario si `preciso fuere. Con practicas piadosas adelantas poco en tu comunión con el Señor. "Misericordia quiero y no sacrificios" dice Oseas y lo repite Jesús en el Evangelio de Mateo. Es muy radical el Señor, le gustan poco los fuegos de artificio.

    Por lo tanto los buscan la fe se tienen que poner encamino del encuentro con Jesucristo, el Señor y no "adherirse a quienes comunican con ellos" Sólo El tiene palabras de vida eterna.

    A eso me refería.

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