lunes, 17 de septiembre de 2018

Tus zonas erróneas




Portada del libro


Soy nada partidario de los libros de autoayuda, de tanto coaching como se vende hoy, de los Bucay argentinos y de los Paulo Coelho brasileiros. Me resultan muy cansinos y no me concitan interés alguno, en general.

Sin embargo, en los años ochenta llegó a mis manos una obra de un psicoterapeuta americano llamado Wayne W. Dyer, cuya lectura me resultó muy grata y de mucho interés y ayuda real. La he recomendado en varias ocasiones desde entonces. Se llama “TUS ZONAS ERRÓNEAS” con el subtítulo siguiente: Técnicas audaces, pero sencillas, para dominar los esquemas erróneos de tu conducta. La obra es de 1976 y yo leí una edición, la 28ª, de 1985, traducida por María Pilar Donoso en Editorial Grijalbo. La fotografía de su portada encabeza estas líneas.

A lo largo de más de 300 páginas en una edición de bolsillo, el autor explica y justifica el por qué de la equivocación de tantas actitudes que afectan negativamente a la psicología de las personas y que, conociéndolas, es posible evitarlas, transformándolas en otras que sean positivas para la conducta de los individuos.

Tiene una dedicación preciosa a su mujer, que dice así:

“Para TRACY LYNN DYER
Te amo
de ese modo especial
que describo
en estas páginas”

Pues bien. El llegar a ese modo especial descrito en esas páginas supone obtener una psicología sana y un grado de libertad mayor que el que se tenía al comienzo, supone el estar limpio de zonas erróneas.

A esas personas las describe al final de la obra con treinta y dos caracteres, que yo voy a transcribir aquí sin más comentarios con la idea de que pueda haber alguien a quien le pueda ser de utilidad.

Es todo.

Y dice así:



Un hombre sin zonas erróneas:

1.      Disfruta virtualmente de todo lo que le dispensa la vida,
2.      Si hay que destruir ciertas situaciones, ellos tratarán de destruirlas y disfrutarán haciéndolo.
3.      Está libre del sentimiento de culpa.
4.      No se atormenta con preocupaciones.
5.      Vive ahora en el presente y no en el pasado o en el futuro. No se sienten amenazados por lo desconocido y buscan nuevas experiencias que no les sean familiares.
6.      Es notablemente independiente.
7.      A los niños les ofrecen un modelo de persona afectuosa e interesada, pero alientan su confianza en sí mismos casi desde el principio ofreciéndoles mucho amor en todas las oportunidades que se presentan.
8.      Son capaces de funcionar sin la aprobación y aplauso de los demás.
9.      Cuando observas a estos individuos se nota una falta de inculturación. No son rebeldes, pero hacen sus propias elecciones aunque esas elecciones entren en conflicto con lo que hace toda la demás gente.
10. Saben reír y hacer reír.
11. Son gente que se acepta a sí misma sin quejas.
12. Se aceptan a sí mismos y al mundo tal como es. Sin pretensiones, sin lamentaciones, con una aceptación simple.
13. Aprecian el mundo natural.
14. Tiene una percepción muy especial en lo que respecta a la conducta de los demás y lo que a otros les puede parecer complejo e indescifrable, para ellos es claro y comprensible.
15. Para esta gente, un problema es sólo un obstáculo que hay que vencer y no un reflejo de lo que ellos son o dejan de ser como personas.
16. Nunca pelean inútilmente.
17. Son incapaces de estereotipar.
18. No son gente enfermiza.
19. Honestidad.
20. Esta gente no culpa a los demás.
21. No se preocupan mucho por el orden, la organización o los sistemas en sus vidas.
22. Existen de una manera funcional y si todo no es tal cual ellos quisieran, encuentran que eso también está bien.
23. Es gente con niveles de energía especialmente altos.
24. Son agresivamente curiosos.
25. Son buscadores de la verdad en el sentido de aprender cosas, siempre estimulados por la posibilidad de aprender más y sin llegar a creer jamás que ya son un producto terminado.
26. No se sienten nunca superiores ni actúan como si lo fueran, alardeando de sus méritos para que otros los aplaudan.
27. Y son agresivos en sus actitudes respecto a sus intereses.
28. No tienen miedo al fracaso.
29. Nunca escogen la ira que inmoviliza.
30. Estos felices mortales no son nada defensivos.
31. No tienen héroes ni ídolos.
32. Más significativamente, estos individuos se aman a sí mismos.

Y lo único que añado yo, de mi propia cosecha, respecto a la última de las características es lo siguiente: es bueno amarse a sí mismo, pero nada más que lo justo. Aquí no es válido el amor infinito como en el caso del amor a la mujer, a los hijos, a los pobres de la tierra…

Que permanezcáis todos los que me leéis libres de zonas erróneas.


























E.L./17.09.2018

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