Marta a su llegada al T.S. en Febrero pasado |
Conviene poner en claro el sinnúmero de
falsedades, inconsistencias y bobadas que se vierten en ella. Justificando lo
injustificable desde una apariencia de iluminación que todo lo puede y lo
dirige. Ciertamente, se sienten iluminados, y si lo están ¿qué luz es la que
les ilumina?
Comienza diciendo, queriendo entrar en
escena como víctima, que emprende el camino del exilio, “el camino que tantos
otros que nos preceden han tenido que coger” El exilio es el destierro y se
produce como consecuencia de una pena que así lo dicta. El caso de esta mujer
es de una huida voluntaria de la justicia, a sabiendas de los delitos
perpetrados y de que ayer mismo había sido llamada por el Juez del TS para
comunicarle su procesamiento.
Dice que le “produce tristeza tantas
luchas compartidas durante tantos años con personas a las que le mueve un único
objetivo: cambiar la sociedad donde viven. Hacerla más justa. Personas dignas.”
Pero ¿eso lo quiere hacer contra el Derecho? ¿al margen del Derecho? ¿o,
quizás, por pantalones? No es concebible hablar de dignidad al margen del
Derecho. Precisamente la dignidad, de la que habla todo el mundo sin saber la
mayoría lo que significa, es el conjunto de derechos y deberes que tiene la
persona por el mero hecho de ser persona y esta mujer y sus compinches
(iluminados o no) han abdicado de su dignidad con el incumplimiento de sus
deberes cívicos. Son indignos, igual que toda banda que se forma para
delinquir.
Fuera de la Ley sólo existe la selva, que
es en buena medida lo que han creado todos estos iluminados contra Cataluña y
contra España desde hace treinta y ocho años, desde la Presidencia de Jordi
Pujol hasta ahora, en que los partidos nacionales en el poder les han vigorizado
cediendo soberanía nacional a cambio de votos. Lo decente, si lo que quieren es
“cambiar la sociedad en la que viven y hacerla más justa” y en España no les
resulta posible modificar la Ley para su propósito, es salir de su espacio y
acudir en misión humanitaria a espacios de la Tierra en condiciones de
infravida: Siria, Venezuela, el Centro de Africa, Yemen, los territorios de
dominio del DAESH. Que acudan en grupo y buscando socios en ayuda de las
víctimas del terrorismo en todo el mundo y de las catástrofes naturales. Que
contribuyan ahí a la dignidad de las personas y no en Cataluña (España)
dignísima con Borrel, II; con el Tambor del Bruch y con Tarradellas, pero no
con ellos que han dividido a la sociedad en un guerracivilismo irrespirable.
Nótese que es la quinta vez en la
Historia de España en que se ha proclamado una república catalana “contra legem”.
Es para saberlo, no dar la lata y acudir en misión a tierras en que pudieran
aportar dignidad. La dignidad en España se hace colaborando en el proyecto
común. Así lo hicieron los catalanes en las Batallas de Alarcos y Las Navas
(ss. XII y XIII), decisivas –como otras anteriores y posteriores- para la
formación de la nación española.
“Siento tristeza pero mucho más triste
habría sido vivir silenciada interiormente. Sentir mi libertad de expresión
censurada por unos tribunales que intimidan y que aplican –descaradamente-
criterios políticos.” Como se ve la desvergüenza (o la sinrazón) va creciendo a
medida que progresa el escrito: nunca ha vivido en España silenciada
interiormente, hemos aguantado todo género de despropósitos contra España y el
resto de los españoles de esta mujer y de sus compañeros de la banda,
expresados de palabra y por escrito, o sea, con altavoz exterior; excuso
decirles a donde llega ya la fantasía que engendra ese pretendido silenciamiento
interior. Sentir su libertad de expresión censurada: cada cual siente lo que
puede, pero se siente bien o se siente mal; con lesiones neurológicas se siente
o no se siente pero se siente mal y estos hombres y mujeres de la banda han
llegado al paroxismo de un síndrome onírico que es, al cabo y como otros, un síndrome
inhabilitante para la convivencia. En este síndrome entra ya cualquier cosa: “que
los tribunales intimidan”, “que aplican descaradamente criterios políticos” ¿Cuándo
alguien cuerdo ha podido expresar que aplicar el Código Civil, el Código Penal,
el Código Mercantil o las leyes administrativas supone aplicar descaradamente
criterios políticos?
“Cada día, cada hora sentía mi libertad
limitada por amenazas judiciales arbitrarias” ¿Amenazas judiciales? ¿Qué
juzgado o Tribunal ha amenazado a Marta? Los Jueces aplican la Ley. El que la
transgrede responde a la sociedad, España, ante ellos que encarnan el poder judicial
del Estado y lo encarnan sin arbitrariedad alguna porque lo hacen con arreglo a
la Ley.
Últimos toques de necedad política: “El
exilio es la única forma que tengo de recuperar mi voz política. Es la única
forma que tengo de levantarme en contra del Gobierno del PP, que persigue a
todo el que está a favor de votar y que castiga a cualquiera que intenta
cambiar lo preestablecido y lo establecido Un Gobierno que está dispuesto a
saltarse el estado de Derecho y las libertades civiles para conseguir sus fines
políticos.”. Me resulta asombroso. No se ha visto menudencia política más
significativa que el PP en Cataluña, que no consiguió –si quiera- grupo
parlamentario. Y para levantarse en contra del Gobierno central (se han
levantado en contra del Estado) es más operativo estar cerca de Moncloa que lejos.
Meras razones tácticas. Y en el colmo de la iluminación, deslumbrada, no es
capaz de ver que el estado de Derecho, en que se cisca la banda, se lo saltan
hechos y nadie más.
En fin, sólo quería hacer estas
aclaraciones y esperar con confianza en un arreglo con gobernantes dignos del gran
problema que nos ocupa. Tan grande, que está suponiendo la deconstrucción de
Cataluña y la deconstrucción de España, en consecuencia.
E.L/24.03.18
Muy bien Quique. Ya sabes que a mi no se me da el arte de la "retorica", pero reconozco lo bueno donde lo hay.
ResponderEliminarMuchas gracias, Nacho. Tu ánimo es motivación bastante para continuar escribiendo de "casi todo". Un fuerte abrazo,
EliminarEn "Singin´ in the Rain", al principio Gene Kelly se dirige a sus fans diciendo que su vida ha estado marcada por la "dignidad, siempre dignidad".
ResponderEliminarLo malo es que las imágenes no han estado mostrando justo lo contrario.
Pues en este caso vamos a dejar de lado a Stanley Donen y nos vamos a referir al Evangelio sin necesidad de tocar temas legales: "Por sus hechos los conoceréis".
Y los hemos conocido.
Un abrazo.
Gracias, Ernest. Otro abrazo de vuelta para ti
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