Hace poco menos de un mes dejé escritas
en este mismo blog mis convicciones sobre la felicidad: en qué consiste, si se
la puede considerar camino además de meta y cuál es la opinión de reconocidos
pensadores que han trabajado sobre ella.
Dejé bien claro que entre las dos
corrientes de pensamiento que han definido la felicidad en Occidente, desde
nuestros días hasta Sócrates incluido, yo tomaba partido y partido en serio por
aquella que contempla la felicidad como la
actitud constante de ser fiel a uno mismo y a su propia vocación.
Pues
bien, esto comporta unas consecuencias, de entre las cuales la Autenticidad
palpable en un hombre o una mujer destaca como condición necesaria de la
felicidad o como señal inequívoca de ella.
Autenticidad es la calidad de lo
auténtico; esto es: de lo acreditado como cierto y verdadero por los caracteres
o requisitos que en ello concurren. Podemos decir, por ejemplo, que es un goya
auténtico o que tal gema se trata de una esmeralda auténtica. Si lo trasladamos
a lo humano, en una primera aproximación, recomendar a alguien sé tú mismo es una invitación a la
Autenticidad. Y ese sé tú mismo no se
refiere a la indumentaria, al porte externo, que también. Se refiere a la
persona toda y por lo tanto a todo lo que guarda en su interior. Una persona
auténtica hace lo que los demás esperan de ella. La Autenticidad es ser
realmente uno mismo y del todo en cada situación, no es Autenticidad si brota de
un automatismo, es decir que se trata de algo adquirido, algo extraño a uno mismo,
aunque esté incorporado a uno mismo de una manera voluntaria, esforzada y consecuente.
Ni siquiera la sinceridad es lo mismo
que la autenticidad. Sinceridad significa que una persona, al expresarse, no
engaña, que habla de acuerdo con lo que siente, con lo que ve. Pero esto no
basta para que la persona sea auténtica. La Autenticidad en palabras de Julián
Marías es el vivir del hombre desde sí
mismo.
La autenticidad es una respuesta
inmediata, directa, inteligente, sencilla, ante cada situación. Es una
respuesta que se produce instantáneamente desde lo más profundo del ser, una
respuesta que es completa en sí misma, y que, por lo tanto, no deja residuo, no
deja energía por solucionar, no deja emociones o aspectos por resolver. Es algo
que, por el hecho de ser acción total, una acción en que la persona lo expresa
y lo da todo, liquida la situación en el mismo instante y genera confianza.
La autenticidad es lo más sencillo que
hay, porque es lo que surge después de que se ha eliminado lo complejo, lo
compuesto, lo adquirido.
La Autenticidad es inherente al proceso
de desarrollo y al llegar a ser auténtico llegas a ser la persona para la que
fuiste creado. Me interesa remarcar en este punto que una de las
características propias de la persona es que es un ser viniente, no está nunca acabada y eso le permite unas
posibilidades inusitadas. De las que carece cualquiera de las especies
animales, y que permite al hombre y a la mujer poder rectificar, pedir perdón,
tomar nuevas trayectorias. Estoy persuadido de que la persona vive en una
paradoja (vive en muchas) por la que se siente inmensamente pequeña, pero al
mismo tiempo llamada a la infinitud. Creo que esto anda en los alrededores de
lo que estamos tratando.
Autenticidad significa vivir
conscientemente con una marca propia sobre lo que hacemos. Una persona
Auténtica no teme lo que pueda llegar a su vida, no teme los resultados porque
conoce y confía en lo que hace. Cuando eres auténtico dejas de hacer lo que
todos hacen, dejas de caminar regido por paradigmas y aplicas más bien la
conciencia a tu vida.
La Autenticidad es ser y estar en el
centro, por lo tanto en el punto óptimo para encaminarse en cualquier dirección,
al mismo tiempo, una experiencia constante de satisfacción, de gozo, de
felicidad, porque se está viviendo ese contenido profundo, ese contenido de
plenitud.
La Autenticidad, que es inherente al proceso de desarrollo de
la persona, se produce en el momento en que su estado de madurez le ha permitido
sentir y ser consciente de su felicidad, para lo cual la Autenticidad probada es
un ingrediente más de aquella.
Seamos felices y, por ello, seamos auténticos.
E.L./19.10.2017
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