Fray Tomás de Torquemada,
Inquisidor general, símbolo de la intolerancia
Vivimos tiempos de desasosiego, de
ausencia de valores humanos que nos hacen vivir con un espesor en lo humano muy
delgado, rayando en la animalidad, tiempos de confusión y de desolación.
En ese escenario, tanto en la
convivencia cívica como en la convivencia política (cívica también, pero
incivil tantas veces) es imprescindible la TOLERANCIA, una actitud virtuosa que
consiste en la aceptación de las conductas de los demás, o de sus pensamientos,
con los que no comulgo pero que están dentro de las normas aceptadas.
Sin embargo, esa actitud, virtuosa en
sí misma, la estamos confundiendo con PERMISIVIDAD, que consiste en la
aceptación del incumplimiento deliberado por parte de nuestros semejantes de
las normas y leyes comúnmente aceptadas (mentir, robar, desobedecer a la
autoridad…) Y en esta confusión y con esta permisividad es como la convivencia
se quiebra y nos hacemos irremediablemente víctimas del más fuerte.
La TOLERANCIA no es aceptar todo del
otro, sino aceptar al otro como un todo y la PERMISIVIDAD es la renuncia a decidir entre lo que me es
lícito y lo que no me conviene. Es muy sabio el adagio paulino “Todo está
permitido, decís, pero no todo conviene. Todo está permitido, pero no todo
edifica” (1 Cor. 10, 23)
La diferencia entre TOLERANCIA y
PERMISIVIDAD es la misma que existe entre RESPETO y VENERACIÓN. El exceso
siempre nos aboca al error. Y nos ocurre que de tanto pretender aceptar a los
demás como son acabamos aceptando nuestros propios dislates.
He comentado ya en este foro aspectos
varios que surgen con la emergencia de Podemos. A mí me sigue pareciendo el
emblema de la permisividad en la vida pública española. Todo se les permite.
Desde su falta de aseo hasta el incumplimiento de las normas de protocolo y esa
falta de respeto a las normas son las que conllevan a que la convivencia sea
imposible. Por definición toda norma es una regla a la que se deben ajustar las
operaciones y llevamos muchos años en que las reglas existen pero las
operaciones no se ajustan a ellas ¿Desde cuándo permiten los gobiernos
centrales de España que los gobiernos autonómicos de Euskadi y Catalaluña
incumplan la Ley de Banderas escondiendo nuestra bandera nacional del lugar central
que debe ocupar junto a la ikurriña o la señera? ¿Desde cuándo se permite al
gobierno de la Generalidad catalana que no acuda a las reuniones con los otros
gobiernos autonómicos y se les sigue mandando el correspondiente giro postal a
pesar del desaire y la mala voluntad manifiesta?
Y parece muy claro que de aquellos
polvos vienen estos lodos y cuando se hace dejación del imperio de la ley las
sociedades se envilecen o llegan a destruirse.
Esta
es la ruta venezolana del régimen chavista, en diez pasos, muy certeramente
analizada por una de sus víctimas, Miguel Henrique Otero, Presidente del Diario
Nacional de Caracas:
1.
El
uso del petróleo como herramienta política y geopolítica.
2. La destrucción paulatina
del aparato productivo privado y de la productividad.
3. La destrucción de la independencia
de los poderes públicos.
4. La colonización, politización
y control absoluto del sistema judicial.
5. La persecución física y
judicial de los opositores.
6. La politización e ideologización
de la Fuerza Armada Nacional.
7. La destrucción sistemática
de los medios de comunicación.
8. La construcción de una hegemonía
comunicacional que permita al régimen el control de absoluto de las informaciones
y la opinión que circulaba en Venezuela.
9. La destrucción sistemática
de los símbolos y valores de la república.
10.
Una
cultura política basada en la polarización
Esto,
dice Otero, tiene consecuencias muy duraderas: brutaliza el ejercicio de la política,
destruye los mecanismos de convivencia, impone la ley del más fuerte, establece
la negación del otro como base de los intercambios sociales, autoriza al ejercicio
de la violencia, impide la comprensión objetiva de la realidad.
De
la permisividad con Cataluña y Euskadi ya tenemos los réditos. Los de la permisividad
con Podemos pueden desembocar en un caos al estilo venezolano.
Ojalá
le pongamos remedio a tiempo.
E.L./17.07.17
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario